Llevo viviendo un buen tiempo con mi novia, y tenemos varios hijos en común. Hemos decidido casarnos, pero ella es católica y yo protestante. Ella sugiere que nos casemos dos veces para no tener conflictos, pero yo no estoy muy seguro. ¿Qué me recomiendan hacer?
Consejo
Estimado amigo:
Es prudente de su parte asesorarse antes de tomar una decisión tan importante. Como ha descubierto, hay varios aspectos que deben considerarse.
En primer lugar, ¡lo felicitamos por decidir casarse! Aunque hay quienes creen que el matrimonio no es más que un contrato por escrito o una buena razón para tener una fiesta, nosotros creemos que el matrimonio es como los cimientos de un edificio. Cuando los cónyuges se dicen mutuamente los votos matrimoniales, se están comprometiendo a establecer un fundamento para todo el porvenir. Cada cónyuge le está asegurando al otro, como también a los hijos, de ese compromiso a la relación matrimonial.
Las parejas que viven juntas fuera del matrimonio están manteniendo abiertas todas las posibilidades. Es posible que no quieran comprometerse por temor a un posible divorcio futuro, o que no crean que ese compromiso pueda perdurar el resto de su vida.
Si no tuvieran hijos, les recomendaríamos que decidan a qué clase de iglesia piensan asistir con ellos. Pero como ya los tienen y no los están llevando a ninguna iglesia, parece que tampoco han tomado una decisión acerca de eso.
Tal vez les sorprenda el hecho de que nosotros tenemos cuatro hijos casados y que ninguno de ellos se casó en una iglesia. En vez de optar por celebrar la boda en un edificio construido por manos humanas, cada uno prefirió que el clérigo los casara al aire libre, con el fondo de la naturaleza creada por Dios.
Si bien los líderes de algunas iglesias insisten en que hay que casarse en el edificio de ellos para que sea válido el matrimonio, la Biblia no dice nada respecto a dónde deben celebrarse las bodas. Nosotros hemos asistido a bodas en hogares, hoteles, parques y hasta frente al mar. El factor importante no es el lugar donde se dicen los votos sino más bien si se los están diciendo tanto a Dios como al cónyuge.
Así como el asistir a una iglesia no santifica a una persona, tampoco el casarse en un edificio bendice ni santifica ningún matrimonio. Dios no se fija en el local de la iglesia a la que asistimos ni en dónde nos casamos; Él se fija en nuestro corazón. ¿Le ha entregado usted su corazón a Dios? ¿Le ha pedido que perdone sus pecados y lo ayude a vivir conforme Él quiere que viva?
Le recomendamos que haga una búsqueda por Internet acerca de las diferencias entre las creencias católicas y las protestantes. (No le vamos a sugerir ningún sitio particular en la red porque creemos que no es prudente que avalemos la validez o confiabilidad de un sitio por encima de otro en este asunto.) A usted y a su novia les conviene estudiar cada doctrina y conversar acerca de las diferencias entre ellas. Es muy posible que uno de los dos o ambos nunca hayan examinado a fondo la fe que profesan. Esa conversación bien pudiera ayudarles a tomar ciertas decisiones sobre quién oficiará en la ceremonia de bodas y a qué iglesia pudieran comenzar a asistir junto con sus hijos.
Le deseamos lo mejor,