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Caso 360

Tengo diecinueve años.... A los dieciocho años de edad comencé a trabajar en la empresa [donde mis padres son accionistas]. Para toda mi familia soy «la esperanza de una presidenta de la compañía». Son muchas las expectativas que desearían que cumpla.

Durante el último año estuve trabajando, estudiando en la universidad y tratando de mantener el contacto con mis amigos, pero fallé tanto en mi trabajo como en mis estudios y en mi vida social.... Muchos dicen que soy muy joven para trabajar, que estoy perdiendo mi juventud.... otros, que es necesaria la experiencia laboral porque si no la tuviere, no seré una buena profesional.... Por último, pocas personas me han aconsejado hacer lo que me haga feliz, pero sinceramente me perdí a mí misma.

Estoy muy confundida, y ya no sé qué es lo que me gusta y qué no. Por favor, ayúdenme con un consejo, ya que... confío mucho en su criterio.

Consejo

Estimada amiga:

Por lo general hay una buena y una mala opción al enfrentar un problema específico. Sin embargo, en el caso suyo no hay soluciones que sean necesariamente buenas o malas. Tal como ha descubierto como resultado del consejo que ha recibido, diferentes personas tienen diferentes opiniones debido a sus propias experiencias.

Sin embargo, es evidente que usted no puede seguir haciendo lo que ha hecho hasta ahora. Nos ha contado su caso porque la abruma todo lo que afronta cada día, y el sentirse abrumada bien pudiera afectar su habilidad de tomar decisiones comunes y corrientes. Y para colmo de males, tal vez no esté durmiendo suficiente, y eso pudiera producirle más confusión y menos capacidad para cumplir determinadas tareas.

Si tiene que trabajar para pagar sus estudios, entonces es posible que deba tomar menos cursos para no tener que estudiar tanto. Si no necesita lo que gana en el trabajo para poder seguir estudiando, entonces tal vez pueda trabajar tiempo parcial en lugar de tiempo completo. Así tendría más tiempo para dedicarlo a sus estudios.

Los que tienen muchas ambiciones se las arreglan para trabajar, estudiar y atender a su familia y sus responsabilidades personales. Pero cuando usted dice que ni siquiera sabe lo que le gusta, con eso revela que aún no ha descubierto lo que quiere hacer. Todos los demás están tratando de que usted ambicione lo que quieren ellos, pero todavía falta su propia aspiración personal. Por eso es mejor que disminuya el número de horas que trabaja o el número de horas que estudia. Si tuviera un poco más de tiempo para pensar, bien pudiera descubrir algún interés personal que la impulsara hacia una meta específica que usted misma escogiera.

Dios se interesa por la vida suya como también por su futuro. Pídale que le dé sabiduría para saber lo que más le conviene, que le dé fuerza para todo lo que tiene que hacer, y que la acompañe cada día al afrontar el futuro.

Le deseamos lo mejor,

Linda

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