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Caso 489

Tengo ocho años de casada, y tenemos cuatro niños pequeños.... Tengo un serio problema, y es que ya no amo a mi esposo desde hace mucho tiempo. Cuando éramos novios lo amaba mucho y soñaba casarme, pero cuando me casé, y empezaron los problemas cotidianos, terminó el encanto. Pensé una vez en terminar mi matrimonio cuando sólo tenía dos hijos, pero ahora que tengo cuatro me duele mucho y no quiero que sufran por no tener un padre.

Oigo mucho que dicen que Dios tiene un propósito para todo, pero yo siento que me equivoqué al elegir a mi esposo.... No vivo una vida plena por culpa de esto.

Consejo

Estimada amiga:

Lamentamos que su vida no haya sido tan satisfactoria como usted esperaba que fuera. Sin embargo, tal vez no sepa que casi todo matrimonio pasa por etapas difíciles de superar. Esos tiempos difíciles pueden durar días, meses o, como en el caso suyo, años.

Es un error pensar que la solución es el divorcio. Las estadísticas demuestran que, en el caso de quienes se divorcian, es poco probable que tenga éxito su segundo matrimonio. Y tal como usted misma lo ha dicho, sus hijos sufrirían de diversas maneras por no vivir con el padre.

Debido a que ya no siente amor por su esposo, usted ha decidido que fue un error casarse con él y que pudiera corregir ese error si se divorcian. ¿Cómo sabe usted que pudo haber sido más feliz o satisfecha con otro hombre?

Ahora reflexiona sobre el pasado y se imagina una decisión diferente y una vida distinta. Se figura una vida de ensueño en que «la decisión perfecta» lo hubiera cambiado todo. Sin embargo, también reconoce que una vez soñaba casarse con su esposo. ¿Cómo se puede saber cuáles sueños son acertados y cuáles son engañosos?

Los sueños se basan en los sentimientos. Pero nunca podemos fiarnos de los sentimientos. Son como el vaivén de las olas del mar. Solamente los tontos toman decisiones basadas en sus sentimientos.

Así que en lugar de soñar acerca de lo que pudo haber sido, ame a su esposo mediante las cosas que hace. Piense en oportunidades de practicar el amor aun cuando no lo sienta. Si usted decide amar, y luego lleva esa decisión a la práctica, tarde o temprano comenzará a sentir ese amor. Y mientras aguarda que eso ocurra, estará proveyendo un ambiente amoroso que les será de beneficio a esos cuatro pequeños que forman parte de su vida.

La satisfacción y el contentamiento genuinos provienen de Dios. Él tiene un propósito para cada uno de nosotros. Podemos descubrir su plan para nuestra vida si reconocemos a su Hijo Jesucristo como nuestro Salvador, y luego basamos nuestras decisiones en las enseñanzas que se encuentran en la Biblia. Los votos que usted hizo el día de su boda se basan en esas enseñanzas, de modo que el cumplir esos votos es un magnífico punto de partida.

Por último, lea el Caso 104 en www.conciencia.net para considerar algunas sugerencias sobre cómo mejorar su matrimonio.

Le deseamos lo mejor,

Linda

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