21 mar 2018

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de nuestro puño y letra
Una doble prisión
por Carlos Rey

(Día Internacional para la Eliminación de la Discriminación Racial)

«Acabábamos de cenar. La tarde iba cayendo con cele­ridad de espanto.... Dispersos, los presos comentaban sus historias de hé­roes vencidos.... [Para] Atá... la historia de Annabelle... [era] como si perteneciera a otras edades. Nunca he visto a hombre alguno amar un sueño con tan profundo respeto....

»—Atá —le dije—. Quisiera saber ¿cómo y de qué manera tú recibiste la primera carta de Annabelle? ...

»—Todo sucedió un fin de año —me respondió—. Aquí abren y leen todas las cartas.... Pero para las Navidades, las tar­jetas que recibimos son revisadas con menos cuidado. El año pasado, recibí una tarjeta rara de Nueva York. Decía: “Quiero que pases unas felices Navidades y que el próximo año seas muy feliz. Annabelle.” Desde entonces he cumplido su mandato.... Algún día se sabrá toda la verdad. Mientras ella me quiera, nada me importa....

»—¿Aunque pases cincuenta años aquí?

»—¡Aunque pase mil años! ...

»—Eres inocente del crimen [de] que te acusan. Estás con­denado injustamente. La mujer que te tiene aquí no puede salvarte. Sin embargo, tú, con una nobleza que no llego a explicarme, la defiendes, la respetas y la proteges.

»—Es que ella también sufre, ¿no se da cuenta, [jefe]? Su conciencia la martiriza. La otra vez me escribió: “Mis dolores de cabeza no cesan de perseguirme. Día y noche.... No puedo mirar el cielo porque la nuca me castiga la mirada.... Por favor, Atá... no me digas que es tu castigo lo que a mí me castiga. Dime de una vez que eres feliz, que no sufres. Quiero que seas feliz para que yo pueda serlo. Annabelle.”1

En esta obra titulada Gamboa Road Gang (Los forzados de Gamboa), Joaquín Beleño, novelista que nació y se educó en la Ciudad de Panamá, se vale de un caso de la vida real para contar, por medio de su narrador, la historia de un ilusorio amor prohibido por las autoridades de la antigua Penitenciaría de Gamboa en la Zona del Canal de Panamá, que habría de convertirse en el Centro de Rehabilitación El Renacer.2

Atá es un negro antillano condenado injustamente a cincuenta años de presidio por haber forzado a Annabelle, su Dulcinea blanca que le escribe desde Nueva York. Aquella amante ­­—procedente quién sabe si de la imaginación de Atá, del narrador o de la realidad— es la esperanza que él conserva de salir de su encierro. Pero en realidad no hay salida de la doble prisión que Atá tiene que soportar —la cárcel que el racismo le ha impuesto por su físico, y el presidio donde debe cumplir su condena—, salvo en sus imágenes mentales de un cielo en la tierra, carente de discriminación racial,3 en el que todo el mundo es daltónico.

Gracias a Dios, para ser del todo libres de la injusticia de la discriminación racial no tenemos que esperar que, antes que muramos, llegue el día en que el hombre logre lo que no ha sido capaz de lograr en toda la historia humana. En lugar de aferrarnos a la ilusoria esperanza de un cielo en la tierra, «aferrémonos a la fe que profesamos», aguardando «la bendita esperanza, es decir, la gloriosa venida de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo» para establecer su morada entre nosotros en «un cielo nuevo y una tierra nueva» donde «hará nuevas todas las cosas».4


1 Joaquín Beleño C., Gamboa Road Gang [Los forzados de Gamboa] (Panamá: Editorial Manfer, 1991), pp. 108-11.
2 «Del Gamboa Road Gang de Beleño», Redacción Crítica en Línea <http://www.critica.com.pa/archivo/082399/nac1.html> En línea 30 octubre 2010; <http://www.tupolitica.com/alcaldia-panama/ alcaldia-de-panama-lleva-a-los-planteles-la-obra-gamboa-road-gang.html/> En línea 30 octubre 2010.
3 Norman González, «Cárcel y territorio en Gamboa Road Gang», 8 diciembre 2009 <http://span798b.blogspot.com/2009/12/carcel-y-territorio-en-gamboa-road-gang.html> En línea 30 octubre 2010.
4 Heb 4:14; Tit 2:13; Ap 21:1-5