La leyenda de Ollantay

1 jun 2022

«La leyenda de Ollantay se remonta a los años en que existía el gran imperio incaico —cuenta Chaski, el zorro favorito del canal de televisión para niños y jóvenes peruanos del lnstituto Nacional de Radio y Televisión del Perú—. Se dice que un joven guerrero, Ollantay, estaba enamorado de la hija del Inca Pachacútec. Ollantay guardaba en secreto el amor por la princesa, ya que era un amor imposible.

»Sin embargo, Ollantay le contó a Pachacútec sobre el amor que sentía por su hija y los deseos que tenía de casarse con ella. Esto enfureció al líder y provocó que encerrara a su hija en un calabozo. ¡Pobre princesa!

»Ollantay decidió ayudar a la princesa, pero fue muy difícil hacerlo. Junto a unos compañeros enfrentó al Inca durante diez años.

»En esos años de enfrentamiento había sucedido algo que Ollantay no sabía. A los nueve meses de estar encerrada, la princesa dio a luz a una hermosa bebé, la cual hizo honor a su nombre, Ima Súmac, que en quechua significa “niña bella”. Lamentablemente, la niña fue separada de la princesa, quien nuevamente quedó sola y triste.

»Diez años después, la pequeña Ima Súmac descubrió lo que había ocurrido con su padre y decidió liberar a su [mamá]. Aunque estaba decidida a lograr que su abuelo liberase a la princesa, no pudo lograrlo, porque éste [había muerto]. En su reemplazo quedó su tío Túpac Yupanqui, quien mandó capturar a Ollantay y ordenó llevarlo al palacio.

»Ollantay le contó [al Inca Yupanqui] todo lo que había sucedido y lo mucho que amaba a su hermana, la princesa. Felizmente, Túpac Yupanqui era [compasivo] y comprendió a Ollantay.

»Justo en ese momento Ima Súmac [entró en el] palacio para pedirle a su tío que [sacara] a su mamá del calabozo. [Así que Ollantay y Túpac Yupanqui fueron al calabozo en busca de la princesa, pero ella se encontraba en tan mal estado que no la reconocieron sino hasta que les contó todo lo que había sufrido desde la separación.]

»El [re]encuentro [con la princesa] fue [muy] emotivo y, luego de liberarla... [todos] vivieron felices.»1

Cada año, durante el mes de junio, el parque arqueológico de Ollantaytambo en Urubamba, Perú, se convierte en el escenario de la representación teatral de esta leyenda, a la que el pueblo mismo le debe su nombre. Miles de visitantes acuden a ver el drama, representado por unos trescientos actores y bailarines que han invertido meses de preparación, orgullosos de que sus personajes son autóctonos.

«Nada tienen de europeos —afirma el renombrado historiador peruano José de la Riva-Agüero y Osma—. El protagonista no obedece al pundonor caballeresco, móvil de todo genuino drama español, sino a la ira y sed de venganza.... [Y sin embargo] resalta siempre la... misericordia. El objeto del drama... es glorificar la clemencia de Túpaj Yupanqui».2

Gracias a Dios, la historia bíblica de su Hijo Jesucristo, al igual que la del hijo del Inca Pachacútec, resalta siempre su misericordia divina. Por eso el salmista David glorifica a Dios diciendo: ¡«Compasivo y clemente es el Señor, lento para la ira y grande en misericordia»!3


1 «Los Cuentos de Chaski: La Leyenda de Ollantay», Canalipe.tv, 5 agosto 2020 <https://www.canalipe.tv/noticias/ television/los-cuentos-de-chaski-leyenda-de-ollantay> En línea 5 enero 2022.
2 José de la Riva-Agüero y Osma, Las civilizaciones primitivas y el Imperio Incaico, Obras completas, Tomo V: Estudios de historia peruana(Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú, 1966), pp. 100,103.
3 Sal 103:8 (LBLA)
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