En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue:
« Soy un joven de veinticuatro años. Hace aproximadamente dos años y medio empecé a seguir a Jesucristo, pero no he podido dejar de pecar. Me siento muy triste porque no quiero ser más una persona inconstante. Me siento deprimido, y no sé qué hacer porque cada vez que peco me siento muy mal. Quiero saber cómo acercarme más a Dios. Quiero ser honesto, ser una persona intachable. No quiero ser más una mala persona.»
Este es el consejo que le dio mi esposa:
«Estimado amigo:
»... Lo felicitamos por reconocer su pecado y desear ser libre del control que ejerce sobre su vida. Lo cierto es que todos somos tentados y todos pecamos.1 De modo que usted no es muy diferente a los demás....
»La Biblia contiene tantas referencias al pecado que sería imposible citarlas todas. Por eso nos limitaremos a sólo una cita bíblica. Dice así: “Si afirmamos que no hemos pecado, lo hacemos pasar por mentiroso y su palabra no está en nosotros.”2 La persona a la que se refiere esta cita es Dios. Así que afirmar que no hemos pecado es lo mismo que llamar mentiroso a Dios....
» Todos los seguidores de Cristo tenemos que confesar a Dios continuamente el pecado que hemos cometido, ya sea en el pensamiento o en la acción.... Sin embargo, hay diferencias notables en los tipos de confesiones que hacen las personas. Nuestras pequeñas nietas están dispuestas a decir rápidamente: “¡Perdón!” aunque no sea sino sólo porque esperan que esa palabra las saque del problema. Si le confesamos algo a Dios de esa manera, con la motivación de salir del problema, es probable que volvamos a pecar porque nuestra confesión no ha sido acompañada de arrepentimiento sincero.
»Por el contrario, hay una confesión que sí procede de un arrepentimiento sincero. Cuando Dios ve que estamos genuinamente arrepentidos, no sólo nos perdona sino que también nos acerca más a su presencia. Y cuando disfrutamos de esa relación más estrecha, eso nos impulsa a estar más resueltos a evitar los desvíos que nos llevan hacia el pecado.
»Usted ha sido creado a la imagen de Dios, así que el tomar malas decisiones no lo convierte en una mala persona. Si usted piensa que lo es, está negando la eficacia de lo que Dios ya ha hecho en su vida y negando también que Dios lo ha perdonado del pecado cometido en el pasado. El ser seguidor de Cristo significa que la meta es seguirlo activamente, acercándose cada vez más a Él con el paso de los días, las semanas, los meses y los años.»
Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo puede leerse con sólo pulsar la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego buscar el Caso 824.
1 | 1Jn 1:10 |
2 | 1Co 10:13; Ro 3:23 |