(Día de la Independencia de El Salvador)
(Himno cantado por Carlos Rey en audio y en video)
El 11 de diciembre de 1953 la Asamblea Legislativa de El Salvador publicó un decreto que invalidaba los dos himnos nacionales reconocidos como oficiales por acuerdos ejecutivos en 1866 y 1891. En su lugar, el decreto reconocía oficialmente como Himno Nacional el que comisionó el Presidente Doctor Rafael Zaldívar y se estrenó en el antiguo Palacio Nacional de la Capital de la República el 15 de septiembre de 1879.
El compositor del himno fue el maestro italiano Juan Aberle, que llegó a El Salvador a fines del siglo diecinueve y la convirtió en su segunda patria al casarse con una salvadoreña. El autor de la letra fue el general Juan José Cañas, poeta y militar distinguido, oriundo de San Miguel, que hizo armas en la campaña nacional contra los filibusteros en 1856.1
Estas son las palabras del coro y de la primera estrofa que se cantan actualmente:
//Saludemos la patria orgullosos
de hijos suyos podernos llamar;
y juremos la vida animosos,
sin descanso a su bien consagrar.//
De la paz en la dicha suprema,
siempre noble soñó El Salvador;
fue obtenerla su eterno problema,
conservarla es su gloria mayor.
Y con fe inquebrantable el camino
del progreso se afana //en seguir//,
por llenar su grandioso destino,
conquistarse un feliz porvenir.
Le protege una férrea barrera
contra el choque de ruin deslealtad,
desde el día que en su alta bandera
con su sangre ///escribió: ¡Libertad!///
Entre los deberes cívicos que reafirma la Ley de Símbolos Patrios de 1972 se encuentra el Decreto Legislativo de 1936 que ordena que al final de toda correspondencia oficial se incluya el lema «Dios, Unión, Libertad» que aparece en el Escudo de Armas y en la Bandera Nacional. Es que si bien, según la letra del Himno Nacional, el pueblo salvadoreño pagó con su sangre el precio de su libertad física, el precio de su libertad espiritual lo pagó con su propia sangre Jesucristo, el Hijo de Dios, al que le rinden homenaje con un gran monumento en San Salvador que lo reconoce como «el Salvador del mundo».
Ahora sólo falta que cada ciudadano que, orgulloso de llamarse hijo de la Patria, se esfuerza por cumplir esa promesa de consagrar la vida a su bien, consagre también su vida a servir a Cristo, asegurando así su derecho de llamarse hijo de Dios.2
1 | «Historia del Himno Nacional de El Salvador», Símbolos Patrios <http://www.casapres.gob.sv/Simbolos_Patrios/history_himno.htm> En línea 30 junio 2009; «Ley de Símbolos Patrios de El Salvador», Decreto No. 115, Asamblea Legislativa de la República de El Salvador <www.miportal.edu.sv/NR/rdonlyres/ CA144FE5‑4D4A‑4EE2‑82C4‑3A47296F9CF8/412/ LeydeSímbolosPatriosdeElSalvador1.doc> En línea 26 mayo 2009; Jorge Lardé y Larín, «Historia del Himno Nacional de El Salvador», pp. 35-36 <http://www.miportal.edu.sv/NR/rdonlyres/ AC3618BD‑721A‑4886‑8F43‑F0FD4402E2EB/0/ 14_proyecto5_1_.pdf> En línea 30 junio 2009. |
2 | Jn 1:12; 1Co 7:34 |