Soy una muchacha de veintidós años de edad.... Todo comenzó donde trabajo. Me enamoré de una persona muy linda, [que] actualmente tiene treinta y dos años. Comenzamos a platicar, a salir, y me pidió que [tuviéramos] relaciones sexuales. Yo sabía que no debía, porque soñaba casarme; y aun así lo hice: perdí mi virginidad con él. Pasamos un año y medio teniendo relaciones sexuales dos o tres veces por semana, y me he enamorado de él. Y ahora me dejó sin motivo.... Creo que me cambió por una mujer más bonita....
Estoy muy preocupada, con depresión. Sólo pienso en suicidarme, y [me la] paso sin ganas de vivir, aun sabiendo que con gran esfuerzo ya estoy por terminar mi carrera universitaria.... Necesito un consejo. No sé qué hacer con esto que siento.
Consejo
Estimada amiga:
Lamentamos mucho el dolor emocional que usted está sufriendo, y nos entristece que haya tenido que pasar por esa amarga experiencia para aprender una valiosa lección. Ahora usted está arrepentida por lo que perdió, y siente que no puede volver a ser la persona que era antes de conocer a ese hombre. Su vida ha sido transformada para siempre por culpa de un hombre que la trató como un trapo de cocina, como si usted no tuviera importancia alguna.
Lo cierto es que usted no era importante para él. Hay un dicho que sostiene que los hombres se valen del amor para obtener el placer sexual, mientras que las mujeres se valen del placer para obtener el amor. Él logró convencerla de que la amaba porque quería tener relaciones sexuales con usted. Y usted accedió porque quería sentir su amor. Él obtuvo lo que quería, pero usted sólo obtuvo decepción y tristeza. Él ahora puede buscar a la próxima mujer vulnerable y crédula que se deje seducir por sus mentiras. Usted tiene que dejar de hacerse ilusiones de que él de veras la amaba. Él se aprovechó de usted y la despojó de su virginidad, y ahora usted tiene la oportunidad de decidir si también permitirá que la despoje de su felicidad en el futuro.
Si usted sigue atormentándose y culpándose, o si no deja de esperar que él vuelva a su lado, entonces no va a mejorar su estado de ánimo. En ese caso, creemos que usted debe consultar a un médico de inmediato y contarle acerca de sus pensamientos de suicidio.
En cambio, si usted quiere olvidarse de todo esto y volver a comenzar, entonces podemos ayudarla. La culpa que siente se debe a que usted sabe que lo que hizo es indebido. La manera de olvidarse de la mala conducta pasada y comenzar de cero es pedirle a Jesucristo que forme parte de su vida y perdone todos sus pecados. Cuando Cristo nos perdona, también se olvida de los pecados que nos ha perdonado. Ya no nos considera culpables. Así que para Él será como si nunca hubiéramos pecado. Eso la ayudará a que vuelva a sentirse limpia. Y el saber que Cristo la ama y quiere ayudarla en su diario vivir le dará la seguridad y la confianza emocional que no ha tenido hasta ahora.
La manera de evitar que se repita esta situación es tomar la decisión que usted jamás volverá a tener relaciones sexuales hasta que se case. Ya ha aprendido que el hacer una excepción a esa regla sólo puede acarrearle sufrimiento. Recuerde ese sufrimiento, y válgase de él para mantenerse firme cuando sea tentada en el futuro.
Muchas jóvenes como usted nos han dicho que, luego de perder su virginidad, cometieron el error de pensar y actuar como si ya eso no importara, resultando en una tras otra ruinosa relación sexual. Al final se encontraron en la misma situación en que se encuentra usted, sólo que arrepentidas y afligidas a causa de varias relaciones fracasadas en lugar de una sola. Usted puede evitar ese error y evitar más sufrimiento al mantenerse pura desde ahora hasta el día de su boda.
Le deseamos lo mejor,