Tengo una hija de doce años con un comportamiento difícil. Como yo trabajo y ella se debe quedar sola en la casa, me preocupa que esté entrando niños a la casa sin mi autorización. La han visto besándose con un niño que no conozco, y en la Internet está viendo cosas indebidas.
Cuando me pongo a hablar con ella al respecto, se pone a gritar y dice que por qué nació y que se quiere matar. He tomado muchas [medidas correctivas] al respecto, y ninguna me ha funcionado. No sé qué hacer...
Consejo
Estimada amiga:
Menos mal que nos ha contado su caso antes que su hija tenga más edad. Lamentablemente este tipo de problema sólo ha de empeorar con el paso del tiempo a menos que usted se comprometa a dar pasos muy en serio ahora mismo a fin de cambiar el ambiente y el comportamiento de su hija.
Algunas jovencitas de doce años tienen suficiente madurez como para tomar decisiones responsables, por lo que se les puede dejar solas en casa durante breves lapsos de dos horas o menos. Es evidente que su hija no es una de ellas. Las señales de advertencia le están anunciando ¡Peligro! en grandes letras rojas. Todo lo que usted ha descrito es una receta para el desastre. Si no toma medidas preventivas de inmediato, los próximos problemas por los que probablemente tenga que preocuparse serán un embarazo no deseado, enfermedades venéreas o algo peor. Le instamos a que busque supervisión en seguida para su hija después del día escolar, cueste lo que cueste. Es probable que ella proteste con insistencia porque no va a querer perder su libertad. Pero no importa si a ella le gusta o no; usted debe impedir que se quede sola en casa, no sea que haya consecuencias mucho más serias como resultado.
Usted ha descrito cómo su hija la manipula con sus amenazas. Usted necesita entablar una conversación apacible con ella (posiblemente en un restaurante donde ella no comience a gritarle), y decirle a ella que sus amenazas de suicidio son un asunto muy serio que usted no seguirá pasando por alto. La próxima vez (sin excepción alguna) en que ella diga que se quiere matar, usted va a hacer una cita con un consejero profesional o terapeuta, ya sea en la escuela o en una clínica psiquiátrica, a fin de que se determine si ella está en peligro de hacerse daño. Ella tendrá que acompañarla a usted a esa cita y a cualquier otra cita que resulte de esa. En algunos países, a la persona que amenaza con suicidarse la policía la lleva a una clínica psiquiátrica para que sea evaluada. Si ese es el caso en su país, dígaselo a su hija.
Haga una lista del comportamiento que usted espera y de las consecuencias de no obedecer las reglas, y entréguesela a su hija. Para el mal uso de la computadora, quítele el teclado. Para las veces en que se niegue a hacer lo que se le exige, establezca consecuencias drásticas tales como el quitar la puerta de su cuarto de modo que no tenga nada de privacidad. Quítele ropa o pertenencias favoritas y el privilegio de usar el teléfono, y limite sus actividades sociales. El factor más importante de este plan es que no debe establecer ninguna consecuencia que usted no esté dispuesta a hacer cumplir de inmediato. No permita que ella tenga una segunda oportunidad de infringir las reglas. Ella debe ver que cada vez que desobedece una regla, la consecuencia será inmediata.
No se sorprenda de que ella reaccione con violencia. Dirá cosas hirientes y la mortificará durante meses y tal vez años. Pero si usted es constante con las consecuencias, siempre llevándolas a cabo de inmediato, a la larga ella aprenderá que podrá recibir más de lo que desea si obedece las reglas. El sabio Salomón enseñó: «Quien se burla de la instrucción tendrá su merecido; quien respeta el mandamiento tendrá su recompensa.»1 A la postre su hija descubrirá que el obedecer las reglas tiene su recompensa. Mientras tanto, usted debe aprender a hacer caso omiso de sus amenazas (salvo la del suicidio) y a no permitir que lo que ella le diga la afecte emocionalmente.
Si usted tiene acceso a un consejero profesional, es probable que la terapia las ayudara a las dos. Usted necesita un sistema de apoyo que la ayude a mantenerse firme contra todo lo que ella diga o haga. Se sentirá tentada a darse por vencida, ya que es probable que ésta sea la etapa más difícil de su vida.
¡Para criar bien a los hijos hay que ser fuerte!
Linda y Carlos Rey
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1 Pr 13:13