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Caso 342

Tengo una relación con una mujer que tiene dos hijos de otra pareja. Yo también tengo tres hijas de mi relación anterior. Queremos casarnos y comprar una casa para vivir los dos solos, ya que la casa donde viven mis hijas es de la mamá de ellas, y mi novia dejará a los hijos suyos con su abuela, ya que no están de acuerdo con que ella tenga otra pareja que no sea su papá.

Ella trabaja, y yo también. El caso es que no sé lo que quiere porque, cuando le dije que si me casaba con ella compraríamos la casa a crédito y que todo sería 50% para cada uno, eso no le gustó. Ahora estoy en el dilema de cómo va a ser la situación en nuestro matrimonio.

Consejo

Estimado amigo:

Lo felicitamos por tratar de tomar mejores decisiones en el futuro que las que ha tomado en el pasado. Es mucho mejor que tenga planes de casarse esta vez en lugar de volver a tener relaciones sexuales sin el beneficio de un verdadero compromiso. El plan de Dios en cuanto al matrimonio es que «cada hombre debe tener su propia esposa, y cada mujer su propio esposo».1 Cuando los cónyuges optan por hacer caso omiso de ese plan, con frecuencia terminan siendo infelices. Eso se debe en parte a que la falta de un compromiso mutuo contribuye a que sea más fácil romper la relación y volver a comenzar con otra persona, en lugar de permanecer juntos y esforzarse por resolver los conflictos.

También lo felicitamos por tratar de resolver sus desacuerdos económicos antes de casarse. Muchas parejas no conversan acerca de sus expectativas con relación al dinero, a las deudas y a asuntos laborales antes de la boda, y por eso el dinero es una de las más frecuentes causas de conflicto, desde el principio, en los matrimonios. Le recomendamos que tanto usted como su prometida anoten sus ingresos y sus deudas personales a fin de que ambos sepan de qué disponen para que luego puedan tomar decisiones acerca de cómo ha de gastarse el dinero de la familia. Si no logran llegar a un acuerdo sobre futuras cuotas hipotecarias, es probable que haya otros asuntos económicos que también serán difíciles de resolver. Al parecer, su prometida cree que usted debe proveer para el sustento económico de ella de modo que ella pueda gastar su propio dinero en otras cosas. Si usted no está de acuerdo con ella acerca de eso, es mejor que lo sepan ahora para que ambos puedan ajustar sus expectativas.

Lo más alarmante de su caso es que su prometida esté dispuesta a abandonar a sus propios hijos. Ellos debieran tener prioridad en la vida de ella sobre todo lo demás. Es ella quien debiera estar cuidándolos a diario. Y si ella no puede lograr que ellos vivan con ustedes en su nuevo hogar, entonces no debe tener planes de casarse con esa mujer.

¿Con qué frecuencia se ve usted con sus hijas? ¿Las sustenta económicamente? ¿Asiste a los eventos deportivos y a las actividades escolares en que ellas participan? ¿Les demuestra lo importante que son para usted? Esas niñas deben ocupar el primer puesto en su lista de prioridades. Ellas necesitan a su papá.

Cualesquiera que sean los planes futuros que haga con su prometida, deben tener en cuenta primero el bienestar y las necesidades económicas de los dos hijos de ella y las tres hijas suyas. Sería irresponsable y egoísta de parte suya y de su prometida darle mayor prioridad a sus deseos personales que a las necesidades de esos cinco pequeños.

Le deseamos lo mejor,

Linda
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1 1Co 7:2b

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