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Caso 810

Conocí a un hombre... y con los días y meses se fue dando una relación.... Un día él me confesó que se estaba divorciando. Me dijo que me amaba, pero que necesitaba un tiempo. Así fueron pasando los días, y todo cambió....

Comencé con una lucha mental y psicológica, y una persona me dijo que buscara ayuda en el tarot, y lo hice. Di información personal y me estafaron. Me amenazaron con contarle todo a él, y lo hicieron.... Ahora él no quiere volver a verme.

He pedido perdón a Dios, pero tengo vergüenza por dejarme llevar por personas incorrectas, y me siento culpable.

Consejo

Estimada amiga:

Al parecer usted ha pasado por una etapa difícil bajo mucho estrés. Eso la hizo vulnerable y la llevó a tomar una decisión imprudente que tal vez no habría tomado si hubiera estado emocionalmente saludable.

Todos nosotros debemos tener la expectativa de que, tarde o temprano, afrontaremos circunstancias que nos debilitarán emocionalmente, afectándonos de modo que no podemos pensar con claridad. Quienes no están prevenidos en cuanto a esas dificultades permiten que esas emociones predominen sobre lo que es razonable, y eso casi siempre acarrea consecuencias. Pero quienes confían en Dios y en su voluntad divina no tienen ninguna necesidad de consultar a los adivinos.

Obviamente usted no sabía que los psíquicos y los adivinos, ya sea por medio del tarot u otras suertes de adivinación, son expertos en el arte de engañar a personas vulnerables. Saben cómo obtener la información personal que les revela un cliente y valerse de ella para confundir, manipular, extorsionar y amenazar. Si bien es cierto que usted se siente avergonzada y culpable por no haber reconocido lo que le estaban haciendo, ya le ha pedido perdón a Dios y eso es lo mejor que pudo hacer. Juan el apóstol escribió que si le confesamos nuestros pecados a Dios, Él es fiel y justo, y nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad.1 Usted se los confesó y Dios los perdonó. Ahora la culpa que siente no es más que un recuerdo de cómo puede evitar que algo así jamás vuelva a suceder.

El haber cultivado una relación sentimental con un hombre que aún está casado fue algo muy arriesgado. Él no está en libertad de cortejarla a usted, y mucho menos de decirle que la ama, sino hasta después de que un tribunal de justicia haya disuelto su matrimonio. Una decisión sabia y racional hubiera sido que usted le pusiera fin a la relación en el instante en que descubrió que él aún estaba casado. Al continuar la relación de todos modos, usted se expuso a que todo esto sucediera.

Sin embargo, de nada sirve culparse a sí misma. Piense más bien en las maneras en que usted es vulnerable y planee cómo evitar tal decepción en el futuro. Busque el plan de Dios para su vida. Él nunca la defraudará ni la abandonará.

Le deseamos lo mejor,

Linda
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1 1Jn 1:9

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