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Caso 38

Necesito ayuda para tomar una decisión. Tengo cuatro hijos... El mayor, [que tiene] quince años, está consumiendo drogas.... Él ha tenido varias suspensiones en las escuelas por peleas, y ahora le encontraron drogas y lo acaban de suspender.

Estoy desesperada porque no sé qué hacer. Soy divorciada. El padre vive en otro país, y no tenemos comunicación ninguna. No quisiera que mis otros niños también tomen el ejemplo del mayor.

Consejo

Estimada amiga:

Al escribirle, no podemos dejar de sentir la desesperación que usted ha manifestado. Y aunque le tenemos un consejo, no hay nada en absoluto que podamos decirle que alivie su carga. Es más, si decide seguir nuestro consejo, es posible que sus problemas se vuelvan más difíciles por algún tiempo. Pero si se mantiene firme, aun cuando piense que no puede soportar un minuto más, le aseguramos que obtendrá buenos resultados.

Lo primero que debe hacer es tener una seria conversación con su hijo. Explíquele que su conducta es perjudicial, no sólo para él sino también para sus hermanos menores. Dígale que, debido a que usted lo ama al extremo de estar dispuesta a hacer todo lo que sea necesario para mejorar su comportamiento, de ahora en adelante toda infracción que él cometa tendrá como consecuencia un castigo, y que usted está determinada a cerciorarse de que él sufra las consecuencias de cada infracción.

Haga una lista a medida que sostiene esa conversación con su hijo. Anote cada conducta inaceptable seguida del castigo que él sufrirá si persiste en esa conducta. Los castigos deben ser menos severos para infracciones menores, y más severos para infracciones mayores. Algunos castigos obvios que se nos ocurren implican el privar a su hijo de ciertos privilegios durante un tiempo establecido de antemano, tales como salir de la casa para estar con amigos, hablar por teléfono, usar una computadora y evitar que usted inspeccione sus pertenencias.

Lo difícil para usted es que sólo debe establecer castigos que puede poner en práctica. Así que no establezca ningún castigo sin antes haber determinado el modo de cerciorarse de que él ha de someterse a esa consecuencia. Por ejemplo, si el castigo es que él no puede salir de la casa para estar con amigos, usted tiene que estar en casa para asegurarse de que él no salga. Si el castigo es que él no puede hablar por teléfono, usted debe estar dispuesta a desconectar la línea telefónica de la casa y mantener el teléfono consigo, junto con cualquier teléfono celular del que él pudiera disponer, para asegurarse de que él no pueda usarlos. Si algún castigo tiene que ver con la computadora, es posible que usted tenga que desconectar el teclado. Los adolescentes son muy ingeniosos, así que usted tiene que adivinar todas las posibilidades que se le pudieran ocurrir a él para evadir las consecuencias de su conducta. Usted tiene que llevarle aunque sea un paso de ventaja, siempre sabiendo cuál va a ser el próximo paso que usted haya de dar.

Es probable que usted tenga que esforzarse desde muy temprano hasta muy tarde todos los días con el solo fin de vigilar el comportamiento de su hijo. Usted tendrá que acompañarlo de ida a la escuela y luego de regreso a la casa. Si su horario de trabajo no se lo permite, tal vez haya un familiar o un amigo que pueda ayudarla. No estamos al tanto de sus circunstancias, pero sí estamos seguros de que usted debe hallar la forma de asegurarse de que su hijo jamás carezca de supervisión de parte de adultos responsables. Antes de consumir las drogas, él tiene que adquirir dinero de alguna parte y encontrarse con algún expendedor para comprarlas. Si usted logra impedir que él adquiera el dinero para la compra o que se encuentre con el vendedor, impedirá que él adquiera las drogas y, por consiguiente, le pondrá fin al problema.

Si la escuela de su hijo tiene un consejero, hable con esa persona, si es que ya no lo ha hecho, acerca de los programas que pudieran tener para ayudar a estudiantes a fin de que dejen de consumir drogas. Cerciórese de que su hijo participe en uno de ellos. Él no va a querer participar, así que usted tendrá que elaborar un sistema de recompensas para motivarlo. Por ejemplo, puede decirle que, si él asiste a las reuniones, podrá recuperar algunos de los privilegios que ha perdido. Si eso no da resultado, insista hasta dar con algo que sí dé resultado.

El éxito que usted tenga en lograr que su hijo deje de consumir drogas depende en gran parte del empeño que usted ponga. Jamás se dé por vencida. Nunca diga que no sabe qué va a hacer. Siempre piense en otro castigo, otra recompensa u otra forma de asegurarse de que él haga lo que usted sabe que le conviene. Es probable que él le diga que la aborrece y que usted está arruinando su vida. Y él sin duda le amargará la vida aún más. Pero si usted logra mantenerse firme, eso influirá favorablemente no sólo en el futuro de él sino también en el de sus otros hijos, ya que ellos también aprenderán acerca de las consecuencias de la mala conducta al observar el efecto que tienen en la vida de su hermano mayor.

Por último, busque algún apoyo para usted misma. Usted necesita a alguien con quien hablar y a alguien a quien consultarle. Muchas iglesias tienen programas para la rehabilitación de drogadictos y para sus familiares. Si asiste a una de esas iglesias, también tendrá más oportunidades para comunicarse con Dios, quien la ama muchísimo y quiere darle fuerzas para el difícil camino que tiene por delante. Cuando usted acuda a Dios y le cuente sus problemas mediante la oración, Él pondrá ideas en su mente que la ayudarán a saber cómo afrontar los dilemas de cada día, y le dará la sabiduría que necesita para guiar a su hijo a través de esta peligrosa etapa de su vida.

¡No se dé por vencida!

Linda y Carlos Rey

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