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Caso 594

Nací en un hogar cristiano; sin embargo, no recuerdo si acepté o no a Jesucristo en mi corazón cuando era pequeña.... Yo no sentía un verdadero arrepentimiento en mi corazón, no temía a Dios, iba de mala gana a la iglesia, y era rebelde y orgullosa.... He estado leyendo acerca de los eventos en Apocalipsis, y [al pensar en lo que dijo Jesucristo]: «No todo el que me dice: “Señor, Señor,” entrará en el reino de los cielos»1... me dio miedo porque... quizá no acepté a Cristo como mi Salvador.... Tengo miedo de [que no vaya a ir al cielo].

Consejo

Estimada amiga:

La felicitamos por leer la Biblia, incluso el último libro de la Biblia, Apocalipsis, que consta de profecías acerca del futuro. Es sabio de su parte estar informada sobre lo que sucederá en el futuro y preocupada respecto a dónde ha de pasar la eternidad.

Jesús dio esa advertencia porque sabía que hay muchas personas que sólo invocan a Dios de vez en cuando. Es posible que se refieran a Él como un poder superior o hasta crean que cada persona tiene un poquito de Dios dentro de sí. O tal vez lo llamen «Señor» y le pidan buena suerte o protección contra algún peligro. Algunos tratan de negociar con Dios, prometiendo fidelidad futura a cambio de favores actuales. Otros tienen pensamientos piadosos y envían sus mejores deseos. Y lo más probable es que aun digan: «Dios te bendiga».

Sin embargo, Cristo dijo que no todos los que afirman que Él es su Señor y Maestro podrán entrar en el cielo. ¿A qué se debe eso?

¿Ha visto usted al Papá Noel que aparece en los centros comerciales durante la temporada navideña? Muchos niños se le acercan y le dicen qué regalos desean recibir para la Navidad. Él es amable y les presta atención. Pero al final del día, cuando Papá Noel regresa a su casa, ¿se lleva a los niños consigo? ¡Claro que no! Ni siquiera los conoce. Él no ha cultivado una relación con ellos.

Sólo quienes tienen una relación personal con Jesucristo pueden ir con Él a su casa en el cielo cuando dejen este mundo. Usted está preocupada porque sabe que nunca ha tenido ese tipo de relación con Él.

El tener una relación con Cristo comienza cuando reconocemos que hemos pecado y estamos de veras arrepentidos y le pedimos a Dios que nos perdone. Él es el único que puede perdonar el pecado, porque envió a Cristo a morir en la cruz a fin de que pagara el castigo de todos nuestros pecados.

Cuando lamentamos profundamente nuestro pecado, decidimos que queremos dejar de pecar. Así que le pedimos a Cristo que de ahí en adelante forme parte de nuestra vida y nos ayude a llevar una vida que le agrade. Luego leemos la Biblia para descubrir lo que Él desea que hagamos, y conversamos con Él todos los días mediante la oración. Y a medida que vamos conociéndolo mejor, cultivamos el tipo de relación con Él que hace que nos lleve consigo a su hogar celestial cuando dejemos este mundo.

Le deseamos lo mejor,

Linda
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1 Mt 7:21

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