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Caso 352

Estoy casada hace dos años, y tenemos una bebé de ocho meses. Mi esposo tiene una hija de trece años de su anterior matrimonio, la que vive con nosotros desde hace cinco meses.... Yo me siento cansada, y la verdad es que no quiero vivir con la niña.... Tiene períodos de portarse bien, pero de tiempo en tiempo se pone muy malcriada y agresiva, y en dos ocasiones llegó a insultarme y a querer agredirme.

Reconozco que en esas situaciones no me controlo y le grito también.... Mi esposo a veces también pierde el control y se gritan ambos.

La mamá de ella no la quiere de vuelta.... Una psiquiatra nos ha dicho que es rebeldía pura y que ella va a mejorar con reglas, y que va a ser un camino difícil y los adultos no debemos perder el control.... Se me ha cruzado la idea de irme de la casa con mi bebé, y que mi esposo se las arregle con su hija.

Me pregunto hasta dónde debo soportar este ambiente. Yo sabía que él tenía una hija, y entendí su deseo de vivir con ella, pero no la soporto más.

Consejo

Estimada amiga:

Lamentamos que tenga tanto estrés en su hogar y que sienta que ya no soporta más. Sin embargo, nos alegramos de que una psiquiatra haya evaluado a su hijastra para asegurarse de que ella no padece de un malestar médico o de un serio problema emocional. Esa es la medida que habríamos recomendado que tomara si ya no lo hubiera hecho.

Los años de adolescencia son muy difíciles. Nosotros tuvimos cuatro hijos adolescentes en casa al mismo tiempo, y ahora podríamos escribir un libro acerca de todas las situaciones negativas que afrontamos durante esos años. Por ejemplo, ¿qué debe uno hacer cuando su hijo destruye el buzón de correo de sus vecinos o le prende fuego a un baño de la iglesia? A veces nos sentimos más como guardias de una prisión que como padres, y hubo días y hasta semanas y meses cuando sentimos que ya no podíamos soportar más. Obtuvimos ayuda profesional, y confiamos en que Dios nos daría las fuerzas para seguir resistiendo.

¿Qué haría usted de manera diferente si la niña fuera su hija biológica? ¿Aun así consideraría dividir a su familia? Seguramente no. Lo más probable es que resolviera hacer todo lo que estuviera a su alcance para ayudar a su hija y para que usted misma sobreviva en los años de adolescencia de ella.

Esta situación no tiene nada de diferente. Usted admite que sabía que su esposo quería que la hija de él viviera con ustedes antes de que se casaran, así que al acceder a casarse con él le dio a entender que estaba de acuerdo con ese arreglo. Si usted se fuera de la casa ahora, estaría traicionando a su esposo y a la bebita. No se trata de la hija «de él» contra la hijita «de usted». Todos ustedes forman parte de una sola familia.

Usted dice que no la soporta más. Pero es usted quien decide lo que va a soportar y lo que no va a soportar. Usted puede optar por quedarse, y decidir cada día que va a controlar su temperamento fuerte y a disciplinar con amor. Usted y su esposo deben ponerse de acuerdo en cuanto a las reglas y las consecuencias de quebrantarlas, y luego anotarlas en una hoja y colocarla en la pared. Cuando su hijastra le falte el respeto, hay una consecuencia anotada que ha de sufrir cada vez que ocurra. Cuando ella la insulte, hay otra consecuencia que tiene que sufrir. Por lo general las consecuencias deben ser que pierda determinados privilegios, tales como ver la televisión, hablar por teléfono y usar la computadora.

Lo que nosotros como padres no pudimos hacer solos, logramos hacerlo con la ayuda y la fortaleza que recibimos de parte de Dios. Pídale que le dé fortaleza, como también paciencia y sabiduría, y verá que Él la ayudará a usted al igual que lo hizo con nosotros.

Le deseamos lo mejor,

Linda

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