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Caso 755

Hace tres años nació mi única hija.... Todo era felicidad hasta que la mamá decidió irse a vivir al exterior, diciéndome que eso no interrumpiría mi relación con la niña y que todo seguiría igual.

Pasados unos meses comenzaron los problemas. Ella siempre estaba ocupada y ya no me dejaba hablar con la niña.... Pero ella me decía que eso no importaba, pues me estaba enviando fotos y videos. Aun así, yo en ningún momento he desamparado a la niña en su manutención. Ahora la niña tiene tres años, y el dolor que me embarga es muy grande, ya que me he dado cuenta de que a veces me chantajea.

Consejo

Estimado amigo:

¡Cuánto sentimos lo que usted ha perdido! No podemos imaginarnos el dolor que siente por tener a su hija fuera de su alcance y no poder hacer nada al respecto.

Si su hija hubiera nacido estando usted casado, el derecho legal de formar parte de la vida de ella le correspondería. Y si las leyes de su país lo permitían, usted también habría podido legalmente impedir que la mamá se la llevara.

Sin embargo, como no está casado con ella, ¿sabe si hizo que constara el nombre de usted como el padre biológico en el certificado de nacimiento de su hija? Si es así, entonces usted debe tener determinados derechos. Un abogado pudiera aconsejarle cómo proceder.

En cambio, si el nombre de usted no aparece en el certificado de nacimiento, pudiera solicitarle al juzgado que exija una prueba de ADN para probar que usted es el padre de su hija. Pero como su hija ya no reside en el mismo país que usted, eso pudiera resultar difícil.

Admiramos el que esté cumpliendo fielmente con la manutención de su hija a pesar de no poder verla. Debe asegurarse de guardar la constancia que prueba lo que usted está aportando a fin de que algún día, cuando su hija ya sea adulta, pueda mostrarle que usted siempre proveyó para su sustento.

También le recomendamos que le envíe a su hija una carta cada semana. De aquí hasta que sepa leer, las cartas pueden constar de dibujos que usted haga y de fotos de sí mismo. Prepare diez o veinte sobres por adelantado. Así cada semana estará listo para meter algo dentro del sobre y enviarlo. Tome una foto de lo que está enviando y guarde cada una. Algún día esas fotos comprobarán que usted estaba tratando de comunicarse con ella de la única manera que podía.

Tener que esperar quince años parece toda una eternidad, pero pasarán antes de lo que se imagina. Cuando llegue el momento, su hija será adulta y usted podrá mostrarle la prueba de todo lo que usted hizo. Entonces podrá reanudar la relación con ella, y esa relación puede durar varias décadas.

Pase lo que pase, pídale a Dios que le brinde su ayuda. Él puede darle paciencia y paz. Pídale que le dé sabiduría en el trato que tenga con la madre de su hija. Y no pierda la esperanza, sino haga más bien planes para el futuro.

Le deseamos lo mejor,

Linda

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