Cuando tenía catorce años... fuimos de paseo a donde nuestra abuela, y mi padre [me encargó del] cuidado de mi hermanito, que sólo tenía cuatro años.... Mi papá quedó de irnos a recoger, [pero] nunca llegó porque se sentía cansado [y se durmió allí en la casa].... Pasó que me llevé [a mi hermanito] para la casa, [pero] mi papá se confió que estaba conmigo donde mi abuela, y dejó el arma cerca de su cama. Llegó el niño y se puso a jugar con el arma, se pegó un tiro en la cabeza y murió. Y mi padre me decía: «¡Te dije que no te vinieras!»
Desde ese momento, he quedado con un trauma.... Para mí, todo lo que pasó fue mi culpa. Tengo mucho resentimiento conmigo mismo.... ¿Qué consejo me pueden dar?
Consejo
Estimado amigo:
¡Cuánto nos duele pensar en el horrible trauma emocional que usted ha experimentado! Cuando ocurren accidentes, es natural tratar de culpar a alguien. Además, el instinto de supervivencia nos lleva a tratar de justificarnos diciendo que la culpa la tiene otra persona a fin de evitar la angustia extrema que resulta de sentirse culpable. Creemos que por eso su padre le decía a usted que no debió haber vuelto a casa. Él sabía que tenía la culpa por no haber ido a recogerlos como dijo que haría, y por haber dejado un arma cerca de la cama. Sabía que él era el adulto y que era la persona responsable. Pero su instinto de supervivencia lo llevó a decir algo que aliviaría sus propios sentimientos horribles de remordimiento. Como resultado, usted se ha echado la culpa de modo irracional durante todos estos años.
Por supuesto, de nada le sirve a su padre culparse a sí mismo tampoco, así que no se trata de señalarle con el dedo acusador. Sin embargo, queremos ser muy claros en esto: Usted no tuvo la culpa. Usted no hizo nada malo. Cuando él no fue a recogerlos como había dicho que haría, usted trató de actuar de una manera responsable al llevar a su hermanito de regreso a casa. ¿Cómo puede ser culpa suya que su padre tuviera un arma? ¿Y cómo puede ser culpa suya que él, de modo negligente, dejara el arma cerca de la cama? No, usted no tiene la culpa, y cuanto más pronto se convenza de ese hecho, más pronto podrá comenzar a llevar una vida feliz. No hay nada que logre que su hermanito vuelva a la vida, y eso es trágico. Pero usted no tiene la culpa.
Hay una razón muy buena por la que Dios creó a cada ser humano con una conciencia. La conciencia nos ayuda a tomar decisiones acertadas y a tratar a otros como debemos. Y la conciencia nos ayuda a reconocer nuestra necesidad de Dios. Pero no es su conciencia la que está haciendo que se sienta culpable. Más bien, esos sentimientos de culpabilidad provienen de información errónea y de una mala interpretación de los hechos. La información errónea es lo que su padre (y tal vez otros familiares) le han dicho. La mala interpretación de los hechos procede de la profunda pena que usted ha sentido y de que no ha comprendido que un adolescente de catorce años no puede razonar como un adulto.
Será difícil cambiar su manera de pensar después de haberse echado la culpa todos estos años. Le recomendamos que consulte a un terapeuta profesional para tratar esa falsa culpabilidad y para lograr que se disipe esa nube de desesperanza bajo la que ha estado viviendo. Si le es imposible consultar a un terapeuta, busque a una o dos personas de confianza (es decir, personas que saben escuchar y saben guardar un secreto) que no conozcan a su familia, y hábleles con franqueza acerca de lo que usted está sintiendo. Le convendrá expresar en palabras esa culpa que ha estado sintiendo, pues cuando usted mismo oiga esas palabras, podrá darse cuenta de que son irracionales.
Permita que Dios lo consuele,
Linda y Carlos Rey