Cuando yo estaba en kínder, un día en la escuela una niñita de mi clase no logró llegar a tiempo al servicio sanitario y se orinó en su ropa. La niña comenzó a llorar, y yo me reí y me burlé de ella.... Fui sumamente cruel con ella.
Ahora... soy adulto, graduado de la universidad. Al pensar en lo que hice cuando niño, siento remordimiento. Tengo un gran peso en mi conciencia.... ¿Cómo pude ser tan insensible y cruel?... Quisiera devolver el tiempo y deshacer lo que hice....
Mi conciencia me atormenta, y no he logrado perdonarme. ¿Hay algún consejo para mí?
Consejo
Estimado amigo:
¡Cuánto sentimos que haya estado sufriendo ese tormento! Como suele suceder con lo que se recuerda, su mente está mezclando sus recuerdos con una suposición equivocada de lo que usted ha hecho.
Usted está suponiendo que, cuando niño, tenía la capacidad de pensar y razonar como adulto. Eso no tiene nada de cierto. Desde la época del apóstol Pablo, que vivió durante el primer siglo, se comprendía que el desarrollo físico y mental de los niños no es igual al de los adultos. Él escribió: «Cuando yo era niño, hablaba, pensaba y razonaba como un niño; pero al hacerme hombre, dejé atrás lo que era propio de un niño.»1
En esta era moderna, Jean Piaget, el reconocido psicólogo del siglo veinte, elaboró una teoría del desarrollo cognitivo bien acogida por los especialistas del desarrollo infantil. Parte de su teoría es que los niños desde los dos hasta los siete años aproximadamente se encuentran en lo que se conoce como la etapa preoperacional.2 Al comienzo de esa etapa los niños son completamente egocéntricos y no tienen la capacidad mental para ponerse en el lugar de ninguna otra persona. Su cerebro se está desarrollando a medida que crecen, así que están apenas comenzando a poder ver las cosas desde perspectivas distintas de la suya.
Los niños en las etapas iniciales de desarrollo pueden imitar el habla y las acciones que oyen y ven. Si otros niños se están burlando, es probable que también ellos se burlen. Si otros niños son crueles, es probable que ellos mismos sean crueles también. Algunos niños bien pueden imitar el habla y el comportamiento que han oído y visto de sus hermanos y de sus padres. Sin embargo, no tienen la capacidad de comprender cuándo es apropiada o inapropiada cierta expresión o conducta. Y no pueden comprender que sus palabras y sus acciones tienen consecuencias.
Cuando usted se juzga culpable por lo que dijo e hizo mientras estaba en kínder, con eso está ignorando esos principios del desarrollo infantil. Aunque es encomiable sentir remordimiento por lo que hizo y desear haber actuado de otra manera, no es saludable rumiar sobre esos pensamientos. Confiésele más bien a Dios en oración esos pecados junto con otros que usted haya cometido. San Pablo nos asegura que, luego de confesarlos, ya no pesa ninguna condena sobre los que pertenecemos a Cristo Jesús.3
Le deseamos lo mejor,
Linda
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1 1Co 13:11 (DHH)
2 Adrián Triglia, «Las 4 etapas del desarrollo cognitivo de Jean Piaget: Un resumen sobre la teoría del psicólogo suizo», Psicología y Mente, 16 febrero 2024 <https://www.verywellmind.com/piagets-stages-of-cognitive-development-2795457> En línea 14 julio 2024.
3 Ro 8:1