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Tengo veintinueve años y viví en unión libre por tres años, justo la edad de mi hijo. Desde un principio no me llevé bien con la mamá de mi hijo.... Lo intentamos por el bien de él, pero no lo logramos. Así que, después de muchas peleas, decidimos separarnos.
Yo quiero hacerme responsable de mi hijo, pero ahora siento miedo de que Dios tenga alguna represalia contra mí por no haberme quedado con ella.... ¿Qué puedo hacer?
Consejo
Estimado amigo:
Nos imaginamos que cuando usted comenzó a tener relaciones íntimas con la mamá de su hijo, ni se le ocurrió si podría llevarse bien con ella por el resto de su vida. Al igual que un sinnúmero de hombres y mujeres, usted creyó que podía tener una relación física sin ninguna consecuencia. Y, así como muchos de ellos, usted descubrió que puede haber consecuencias para toda la vida sólo por esa noche en que no controló sus impulsos.
En el caso suyo, es interesante que esté ahora preocupado por las consecuencias debido a que cree que Dios pudiera castigarlo por no haber seguido en la relación. ¡Ojalá hubiera estado preocupado por ellas antes de acostarse con la mujer!
Según lo que nos cuenta, usted nunca le hizo votos a esta mujer, ni se casó legalmente con ella. Y nunca prometió amarla por siempre ni cuidarla en la enfermedad y en la salud. Así que, al separarse de ella, usted no estaba quebrantando un voto que hiciera delante de Dios.
Sin embargo, cuando optó por tener una relación sexual antes del matrimonio, usted implícitamente prometió que sería moral y económicamente responsable de cualquier hijo que resultara de esa unión. Seguramente no pensó en eso ni estaba consciente de haber dado su consentimiento, pero cuando procreó a un ser humano que procede de usted y tiene parte de su ADN, eso acarreó consecuencias para toda la vida.
Si usted se quedara parado todo el día en el centro de una calle muy transitada, y un auto lo arrollara sin quererlo el conductor, no sería porque él estaba tratando de castigarlo. Usted se puso en la calle de tal modo que habría consecuencias naturales, así que no tendría derecho alguno de echarle la culpa a nadie por sus lesiones.
Su hijo necesita un ambiente cariñoso, ya sea que esté con la mamá o con el papá. Necesita padres capaces de respetarse y ponerse de acuerdo en la manera de disciplinarlo y de lograr su bienestar. Y será necesario sustentarlo económicamente hasta que llegue a ser adulto. Esas son las responsabilidades y las consecuencias que usted se ha buscado.
Si eso quiere decir que usted no tendrá suficientes recursos económicos para casarse o tener otros hijos, entonces tendrá que aplazar esa clase de relaciones. Su hijo precedió el matrimonio, así que él debe tener precedencia sobre cualquier posible noviazgo. Dios no va a castigarlo por no haberse quedado con la mujer, pero Él sí espera que usted acepte las consecuencias de su conducta.
Es probable que usted piense que esto suena severo e inclemente, pero Dios no es ni severo ni inclemente. Al contrario, Él es un amoroso Padre celestial que ama tanto a ese niño que usted tiene que su deseo es que tenga un amoroso y abnegado papá terrenal.
Le deseamos lo mejor,
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