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Caso 318

Mi caso es de finanzas.... Por ser puntual en el pago [de una deuda], me dieron una tarjeta de crédito, y después otras instituciones me invitaron a tener tarjetas de crédito. Mi problema es que hoy tengo seis tarjetas, y las seis están en la bancarrota. Y no sólo eso: tengo otros créditos, y ya no tengo capacidad para pagar. Necesito un consejo de Dios y un milagro de restauración de mis finanzas.

Consejo

Estimado amigo:

Desafortunadamente, hay muchas personas que van a identificarse con su problema. Los bancos ahora ofrecen tarjetas de crédito sin tantas exigencias, y cuando las personas no las usan con mucho cuidado, se encuentran en situaciones muy parecidas a la suya. Pero esperar un milagro o  sacarse una lotería no es la manera de resolver el problema. Hay que esforzarse por cambiar el estilo de vida y no comprar sino lo que es absolutamente necesario hasta que pueda pagar las deudas, aunque le tome muchos años.

No va a ser fácil, pero si quiere tener paz en el futuro, usted debe hacer ciertos cambios indispensables. Hay que seguir estrictamente estos pasos:

  1. Destruya por completo las tarjetas de crédito, y no solicite más.
  2. Llame a cada compañía de crédito, explique la situación, y pida que aprueben una cuota mensual reducida para poder pagarla puntualmente. Por supuesto que, a la larga, va a tener que pagar más intereses, pero cumpliendo con la cuota cada mes asegurará que no sufra todavía más su crédito.
  3. Pague cada mes la cuota mínima en cada tarjeta, y añada lo más que pueda a la tarjeta que tiene los intereses más elevados.
  4. Busque con cuidado un asesor o consejero público, si es posible pagado por el gobierno o una organización, para que no se aproveche de la situación de usted exigiéndole algún porcentaje de la deuda.
  5. Pague a tiempo las cuotas de las tarjetas. Si se demora en pagar, la tasa de interés bien pudiera aumentar en todas las tarjetas. Por ejemplo, si paga el 12 por ciento, pudiera incrementarse hasta el 22 por ciento o más por no pagar a tiempo.

Lo cierto es que a usted y a su familia les hace falta sabiduría sobrenatural para saldar esas cuentas pendientes y salir adelante. Pero gracias a Dios, cuando decidimos cultivar una relación personal con Él como nuestro Padre celestial, Él está dispuesto a darnos esa sabiduría. Y si bien lo que necesitamos no es precisamente un milagro, sí nos hace falta un consejo de Dios, tal como usted dice que necesita. Uno de los mejores consejos inspirados por Dios que podemos ofrecerle es el siguiente, que el apóstol Pablo les dio a los romanos: «No tengan deudas pendientes con nadie, a no ser la de amarse unos a otros.»1

Le deseamos lo mejor,

Linda
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1 Ro 13:8

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