[Al mes de comenzar a vivir con mi pareja, ella] quedó embarazada, pero... yo pensé que... me era infiel. Así que pedí hacer una prueba de ADN, y sí es mi hijo.... La pregunta que tengo es: ¿Cometí pecado en hacer la prueba de ADN?
Consejo
Estimado amigo:
Usted pregunta si cometió pecado por haber pedido una prueba de ADN a fin de comprobar que el hijo sí era suyo. Para poder contestar su pregunta, primero tenemos que establecer la diferencia que hay entre conducta «pecaminosa» y conducta «imprudente».
Para determinar si algo es o no es pecado, tiene que haber una medida o norma con la cual compararlo. Muchos creen que su propia conciencia basta para juzgar entre el bien y el mal, sin aplicar ninguna medida externa. Sin embargo, el ambiente y las circunstancias en que se ha criado una persona pueden hacer que crea que lo malo es bueno.
Tomemos, por ejemplo, a un niño que crece con padres que le enseñan a robarle a alguien la cartera. Ese niño está condicionado a pensar que cuanto más robe, más agradará a sus padres. Como le parece que lo correcto es agradar a sus padres, la conciencia natural que Dios le ha dado se distorsiona por lo que le parece que es lo correcto en determinadas circunstancias. Cuando esto sucede vez tras vez, ya no se puede confiar en esa conciencia confundida como una norma para distinguir entre el bien y el mal.
Por eso estableció Dios los Diez Mandamientos como la norma definitiva para distinguir entre el bien y el mal. Y su Hijo Jesucristo, a quien envió a este mundo para pagar el castigo que todos merecemos por haberlos quebrantado, los resumió con lo que se conoce como la regla de oro. Ésta dice así: «En todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes.»1
Pedir una prueba de ADN demuestra que usted no confía en la madre de su hijo. Al aplicar la regla de oro a su situación, debe preguntarse cómo se sentiría si ella hiciera algo que demostrara que no confía en usted. ¿Se sentiría traicionado? ¿Sentiría enojo?
¿Es pecado desconfiar? Los Diez Mandamientos no dicen nada que indique que lo sea. Es más, si ha habido infidelidad en el pasado, entonces por lo general se considera que es prudente desconfiar.
Sin embargo, si ella nunca ha hecho nada que indique infidelidad, entonces fue imprudente que usted exigiera la prueba de ADN. Si anteriormente había confianza mutua, entonces usted destruyó esa confianza cuando pidió esa prueba.
El hecho de que no se haya casado con la madre de su hijo, sin embargo, demuestra que no está comprometido ni hay confianza mutua de todos modos. Si bien el matrimonio no garantiza la fidelidad, sí es señal de compromiso y confianza mutua. Si usted ama a la madre de su hijo, entonces comprométase con ella y trace un plan para un futuro más estable para su hijo por medio del matrimonio. Y como no quiere ser culpable de pecado, al casarse estará siguiendo la norma de Dios para mantener la pureza sexual.
El matrimonio no es un acontecimiento o una fiesta; es más bien una declaración de entrega y de confianza mutua que puede realizarse sin fiesta alguna y casi sin costo alguno. Los que aplazan el matrimonio porque no pueden cubrir los gastos de una gran fiesta demuestran con eso que no comprenden el plan de Dios para la familia.
Le deseamos lo mejor,
Linda
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1 Mt 7:12