Creo que interferí con la voluntad de Dios. Soy médica, y hace menos de un año mi hermano, la persona a la que más amé en este mundo, murió en una intervención por un tumor cerebral.
Yo estaba molesta y culpé a mi madre por el retraso en el diagnóstico porque, a causa de eso, no pude sacarlo del país para que tuviera mejores oportunidades.... Murió tras la segunda intervención.
Él era un hombre entregado a Dios y con una fe inquebrantable. Estaba convencido de que Dios lo sanaría... pero no fue así, y me siento culpable porque tal vez mi ira y dolor no me dejaron tomar las mejores decisiones.
Consejo
Estimada amiga:
Sentimos mucho la pérdida que ha sufrido. Sabemos lo que es perder a un hermano o a una hermana muy cercana a temprana edad, y podemos asegurar que la vida no volverá a ser igual para usted. Siempre habrá un puesto vacío alrededor de la mesa y un vacío en su corazón. Así se manifiesta la tristeza.
Usted da a entender que estaba enojada con su mamá y que se culpa también a sí misma. Esos sentimientos de ira y culpabilidad forman parte de la segunda etapa del duelo.1 Como parte de sus estudios médicos, lo más probable es que usted haya estudiado acerca de la psiquiatra Elizabeth Kübler-Ross y de las cinco etapas del duelo que ella propuso.2 Durante los últimos cincuenta años esas etapas han sido ampliamente aceptadas por los que practican la medicina. Sin embargo, con frecuencia es fácil identificar las etapas en otra persona, pero más difícil en nosotros mismos.
La tercera etapa consta de preguntas tales como las que se ha hecho usted. ¿Qué habría pasado si mi hermano hubiera sido diagnosticado más temprano? ¿Qué si yo lo hubiera llevado a otro país a tiempo para aprovechar los tratamientos más recientes? ¿Qué si yo no hubiera tomado las decisiones que tomé?
La cuarta etapa es la depresión. Sus palabras revelan que sus emociones ya están por el suelo, y ¿quién no sentiría tal depresión después de perder a la persona a la que más amaba en este mundo? No es probable que el conjunto de emociones vinculadas a la tristeza natural que usted está sufriendo se convierta en depresión clínica, pero es imprudente fiarse de lo que le están indicando sus emociones.
Usted dice que su hermano era un hombre entregado a Dios y que estaba convencido de que Dios iba a sanarlo. Sería natural que usted culpara a Dios por no evitar la muerte de su hermano. ¿Acaso los que son fieles a Dios no reciben algo de beneficio adicional de parte de Él?
¿Por qué entonces no sana Dios siempre a cada creyente fiel que se lo pide? Puede ser muy difícil aceptar esa realidad, pero los creyentes fieles confían en que Dios les ha de dar el número preciso de días sobre la tierra y luego la eternidad en el cielo. El número de días que Dios designó para su hermano no fue afectado por la fecha del diagnóstico ni por la ira y la culpa que usted sintió. Su hermano confiaba en Dios, así que, a pesar de que no sabemos por qué no fueron contestadas sus oraciones en la manera como él esperaba, su confianza estaba puesta en Dios y no en recibir lo que él quería.
La acompañamos en su dolor
Linda
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1 La primera etapa es la negación.
2 «Cuáles son las 5 fases del duelo y por qué no es algo que necesariamente tienes que dejar atrás», BBC Mundo, 26 abril 2018 <https://www.bbc.com/mundo/noticias-43893550> En línea 7 mayo 2021.