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Caso 523

Hace dos meses aproximadamente empecé a sentirme mal, y ya no pude dormir bien. Luego en mi mente se generaron pensamientos horribles hacia Dios y hacia las personas.... No sé por qué. También pienso en lo que va a suceder el día de mañana. Yo le pido a Dios que me cambie, pero cada día siento que voy de mal en peor. Me siento terrible con un dolor inmenso, y la duda y los pensamientos que me atormentan.

Consejo

Estimado amigo:

Lamentamos que tenga que afrontar esta prueba. A fin de ayudarlo, nos convendría saber acerca de lo demás que está pasando en su vida. ¿Ha experimentado cambios muy importantes tales como un nuevo empleo, una mudanza o la pérdida de un ser querido? Si no tenía ninguno de esos pensamientos negativos sino hasta hace dos meses, entonces es probable que algo haya ocurrido o cambiado. Si usted logra descubrir esa causa, bien pudiera serle de ayuda.

Los pensamientos y las emociones están ligados en el cerebro, de modo que sus pensamientos negativos causan ansiedad y esa ansiedad produce más pensamientos negativos. Es como un circuito de carreras que los autos recorren una y otra vez, pero no llegan a ningún destino. Los autos de carreras dan vueltas a ese mismo circuito vez tras vez. Cuando los pensamientos que usted tiene son incesantes, están dando vueltas en un circuito parecido y es necesario que haga algo diferente para que se detengan. Ese circuito también es lo que no lo deja dormir, ya que mantiene activa su mente y no permite que descanse.

El rey David de Israel fue el autor de gran parte del libro de la Biblia llamado los Salmos. Muchos de los versículos de los Salmos expresan que David estaba ansioso a causa de lo que estaban experimentando él y su pueblo. Sufrió de ansiedad, al igual que usted, pero él descubrió que podía afrontarla si se concentraba en la bondad y el poder de Dios.1

Usted puede lograr lo mismo. Divida una hoja en dos partes. A la izquierda, anote todo pensamiento ansioso que tenga. Si no los recuerda todos de una vez, puede añadir otros a la lista más tarde.

A la derecha de la hoja, copie promesas de la Biblia. Es fácil encontrar promesas mediante búsquedas por Internet tales como: «¿Qué dice la Biblia acerca de la ansiedad?» Busque la promesa que más le sirve de consuelo para cada pensamiento ansioso y anótela al lado del pensamiento. Luego mantenga consigo la hoja o conviértala en un documento para almacenarlo en su computadora o su teléfono. Cada vez que lo atormente un pensamiento ansioso específico, busque la promesa bíblica correspondiente y léala diez veces. Permita que le sirva de recuerdo tranquilizante de las promesas que Dios le ha hecho.

El concentrarse en la Palabra de Dios impedirá por algún tiempo que sus pensamientos sigan dando vueltas, pero es probable que vuelva a ocurrir, así que seguramente necesitará seguir consultando la hoja de promesas durante varias semanas. Si lo hace fielmente y no le da resultado, entonces le rogamos que consulte a un médico. Es posible que usted sufra de un desequilibrio de las sustancias químicas en el cerebro que requiere de un tratamiento médico.

Le deseamos lo mejor,

Linda
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1 Sal 94:19

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