de 847
Caso 504

Hace dos años mi esposo me fue infiel. Lo perdoné y pensé que él iba a [terminar su relación] con ella, pero quedó un bebé que ahora tiene siete meses.... Me consta que sigue comunicándose con ella con la excusa del bebé. Me siento decepcionada de mi esposo. Y tengo un sentimiento de odio, rencor y venganza hacia esa mujer por todo el daño que me ha hecho.... Ella sólo vive para hacer el mal y verme sufrir.... Porque él sigue conmigo, no quiere irse. Dice que me quiere a mí y a nuestros dos hijos.... Siento que ella... lo manipula por ese bebé.... ¡A veces me dan ganas de matarla!

Consejo

Estimada amiga:

Es una gran afrenta ser engañada por la persona que hizo los votos de amarla y honrarla. Cuando su esposo optó por serle infiel, él infligió todo el dolor que usted y sus hijos ahora sienten. Sin embargo, aunque usted dice que se siente decepcionada de él, todo su enojo parece estar dirigido hacia la otra mujer y el hijo de ella.

Las fuertes emociones que manifiesta son muy peligrosas para usted y para sus hijos. Claro que es de esperarse que se sienta enojada y que quiera que esta situación desaparezca; pero su deseo de vengarse, junto con los pensamientos de matar a esa mujer, no son sensatos. Si deja que sus emociones sigan dominando las decisiones que toma, es probable que actúe de forma peligrosa para su familia. El odio la está consumiendo, y sus hijos sin duda están sufriendo a causa de su obsesión con esa mujer y su bebé.

Usted dice que la mujer sólo vive para hacer el mal y verla sufrir. Tal vez sea cierto. Pero en realidad es más probable que ella sólo quiera una vida buena para su hijo. Y aunque a usted no le parezca correcto, su esposo tiene la misma obligación emocional y económica con ese bebé que con los dos hijos suyos.

La situación en que usted se encuentra es demasiado complicada como para poder darle consejos específicos acerca de su matrimonio o de sus opciones para el futuro, pero puede leer el Caso 147 en www.conciencia.net para enterarse de algunas posibilidades.

Lo que sí está muy claro es que usted debe darle prioridad al manejo de esas emociones suyas que son tan peligrosas. El odio y el rencor están envenenando de continuo su cerebro. Muchos estudios demuestran que estas fuertes emociones resultan en serias enfermedades. Así que, aunque no lo reconozca, usted se está enfermando a sí misma. Cualquier enfermedad que usted contraiga no le hará daño a esa mujer, pero sí perjudicará a los hijos suyos. ¿Los ama más a ellos que lo que la odia a ella?

Si bien es indudable que le sería de ayuda recibir consejería profesional, sólo Dios tiene el poder suficiente para ayudarle a vencer el odio y el rencor que siente. Le recomendamos que le pida a Él que le muestre los pasos que usted debe dar. Él es el máximo ejemplo del perdón.

Le deseamos lo mejor,

Linda

Este Caso me ayudó Envíenme información Deseo una relación con Cristo
Información en este sitio