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Caso 670

[Hace cinco años soy novio de una joven de otro país.] He estado ahorrando para poder viajar y hacer mi vida junto a ella. Sin embargo, últimamente mis ahorros siempre se acaban. Siempre se presenta algo que me impide avanzar, de modo que no he podido alcanzar la meta monetaria necesaria para realizar ese viaje que quiero hacer....

Debido a que siempre tengo empleos bastante mediocres, jamás gano un buen salario.... Siento que voy a decepcionar a mi novia. No quiero que este amor se acabe por no poder viajar.

Consejo

Estimado amigo:

Lo felicitamos por preocuparse por cómo están siendo afectadas la vida y las emociones de su novia por el retraso en su plan. Por supuesto, también se ven afectadas las emociones de usted, y no quiere abandonar la meta que se propuso, sobre todo después de haber invertido cinco años tratando de lograrla. Sin embargo, después de una relación de cinco años, es prudente de su parte comenzar a preguntarse si sus metas son razonables.

Debido a lo fácil que es comunicarnos por Internet, es posible tener la ilusión de que mudarnos a otro país es tan fácil como mudarnos a otro vecindario. Hasta ahora usted se ha concentrado únicamente en su meta monetaria, así que tal vez no haya descubierto lo complicada que es la gestión de visas y permisos de trabajo. Aun quienes ya cuentan con suficiente dinero hallan con frecuencia que, debido a problemas de inmigración, no pueden mudarse a otro país.

Usted está frustrado porque no puede encontrar un empleo que le permita devengar un buen salario. ¿Hay algún trabajo que quisiera desempeñar si tuviera la preparación necesaria? ¿De cuánto tiempo pudiera disponer para estudiar por Internet si no estuviera tan enfocado en su noviazgo a distancia?

Cuando confiamos en Dios y nos hacemos seguidores suyos, Él nos promete que siempre obrará en beneficio de nosotros. El apóstol Pablo enseñó que «Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito».1 Según esa enseñanza, hay dos requisitos para recibir ese beneficio de parte de Dios. Primero debemos amarlo, y luego debemos ser llamados de acuerdo con su propósito. Eso quiere decir que tenemos que estar comprometidos a cumplir su propósito en nuestra vida y que estamos confiando en que Él nos mostrará su voluntad divina.

A veces su propósito divino no incluye lo que hemos soñado o lo que estamos convencidos de que más nos conviene. Él tiene conocimiento sobrenatural sobre nuestro futuro, y podemos confiar en su capacidad de resolver la situación aun cuando no lo comprendamos.

Si Dios supiera que lo mejor para usted es que se mude a otro país para hacer su vida junto a su novia, le habría ayudado a ahorrar el dinero necesario. Por ahora, lo mejor es aceptar su voluntad divina y liberar a su novia de cualquier compromiso que ella le haya hecho a usted. Dígale que usted confía en que Dios hará que se cumpla su voluntad en la vida de ella, como también en la suya. Dígale que cinco años son suficientes como para comprobar que el noviazgo no forma parte de la voluntad de Dios para la vida de usted ni la de ella. Y explíquele que será más fácil para ambos si le ponen fin a toda comunicación entre los dos.

Después de hacer eso, dedique su tiempo a descubrir lo que necesita hacer para prepararse y hallar un empleo mejor. Fije la meta de superarse en cualquier empleo que tenga, aunque no le guste. Esfuércese por ser el empleado que todo jefe quisiera tener. Y sea fiel con lo que sí tiene a fin de mostrar que está preparado para lo que ha de venir.

Le deseamos lo mejor,

Linda
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1 Ro 8:28

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