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Caso 196

Me casé hace dos años y no he podido tener hijos. He tenido muchos problemas con mi útero, y me operaron [en] dos ocasiones, pero no ha [dado] resultado. Todos los médicos me dicen que me debo extirpar el útero para que todo se solucione....

Me siento mal porque mi [sueño] y el complemento de mi hogar es un hijo. Mi esposo y yo estamos de acuerdo en adoptar uno, pero mi familia se opone. Es más, me dicen que soy una mujer sin fe, que no confío en Dios. Pero la verdad [es que] he intentado todo [y nada] ha funcionado.

Quisiera que ustedes me orienten. Me da mucha tristeza, pero mi salud está en riesgo. No sé qué debo hacer. ¡Ayúdenme, por favor!

Consejo

Estimada amiga:

¡Su caso me conmueve, y lamento mucho que sus sueños no se hayan hecho realidad! Es imposible saber por qué Dios ha permitido que sufra esa enfermedad, pero cuando confiamos en Él creemos que Él intervendrá de modo que todo salga bien.1

Su familia está cometiendo el mismo error que cometen muchas personas. Creen que la fe quiere decir que Dios tiene la obligación de darnos a todos lo que queremos, cuando lo queremos, y tal cómo lo queremos, sólo porque se lo pedimos. Si Dios no responde, entonces dicen que no teníamos suficiente fe. Pero eso no es lo que enseña la Biblia acerca de la fe.

La fe no se reduce a recibir lo que queremos, ni es la fórmula mágica para manipular al Dios del universo de modo que haga las cosas a nuestro antojo. Cuando hemos puesto la fe en Dios, aceptamos que Él sabe lo que nos conviene, y creemos y confiamos en Él lo suficiente como para hacer las cosas a su manera. En cambio, si exigimos que Dios haga las cosas del modo que queremos nosotros, en realidad estamos probando más bien que no tenemos fe en Él y que no confiamos en su manera de hacer las cosas.

La felicito por su deseo de adoptar a un niño. Hace poco uno de nuestros suscriptores y su esposa adoptaron a un bebé. La experiencia que él ha tenido ha sido tan positiva que decidió contárnosla. «Si Dios no quiere que mi esposa [quede embarazada] —dijo al terminar su relato—, que me siga regalando más hijos como éste nacidos del corazón»” Él se convenció por experiencia propia de que un niño puede «nacer en el corazón» del padre aun cuando no sea su hijo biológico.

Es cierto que otras personas, incluso nuestros familiares más cercanos, no siempre pueden comprender la importancia que tiene la adopción. Cuando mi esposo y yo adoptamos a un niñito, mi mamá dijo que él nunca sería como sus otros nietos y que ella no iba a poder aceptarlo como tal. Sin embargo, una vez que sostuvo al niñito en sus brazos, ¡se le olvidó por completo lo que había dicho!

Usted sufre de una enfermedad que necesita tratamiento. Dios puede optar por sanarla en cualquier momento antes de la cirugía, pero si no lo hace, entonces será porque tiene un plan mejor para su vida. Tal vez Él tenga a un hijo especial seleccionado para usted, y sabe que usted ni consideraría la adopción si no fuera por esa enfermedad.

Le deseamos lo mejor,

Linda
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1 Ro 8:28

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