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Caso 838

Hace más de quince años, conocí a una mujer con quien inicié una relación sentimental. Ella es diez años mayor que yo. En un principio todo era muy bonito.... Dos años después de iniciar la relación, tuvimos un hijo....

Todo ese tiempo hemos vivido juntos, pero hemos tenido problemas y hemos estado a punto de separarnos. Sin embargo, yo siempre he luchado por no separarme de mi hijo. No nos hemos casado. Cada día la relación está más rota, pero el amor que ambos sentimos por nuestro hijo nos mantiene juntos a pesar de todos los problemas.... Siento que ni ella ni yo somos felices, y ya no sé qué hacer.

Consejo

Estimado amigo:

Admiramos mucho que usted diga: «el amor que ambos sentimos por nuestro hijo nos mantiene juntos a pesar de todos los problemas». Los felicitamos a ambos por darle prioridad a las necesidades de su hijo por encima de las suyas propias. Los dos son realmente excepcionales al estar dispuestos a sacrificar lo que ustedes desean por el bienestar de su hijo.

Si bien es cierto que, debido a que no se han casado, sería menos complicado separarse, de todos modos necesitarían los servicios de un abogado para formalizar un acuerdo de custodia y manutención del hijo. Y esos requisitos legales les darían a usted y a la madre del niño aún más motivos sobre los cuales discutir. En muchos casos, los hijos se convierten en las piezas de ajedrez con las que los padres hacen movidas para vengarse el uno del otro. Eso le pasó a uno de los miembros de nuestra familia, así que sabemos por experiencia lo difícil que puede ser.

Usted dice: «Siento que ni ella ni yo somos felices.» Eso se debe a que no están cumpliendo las expectativas del otro. Un consejero profesional pudiera servir de mediador para ayudarles a darse cuenta de esas expectativas y a expresarlas, a la vez que les enseña cómo comunicarse de una manera más positiva.

Sin embargo, si uno de los dos o ambos no están dispuestos a acudir a un consejero profesional, y si ninguno de los dos está interesado en reavivar la relación que tienen, entonces deben decidir juntos cómo proveerle a su hijo un hogar estable y tranquilo.

Por ejemplo, pueden ponerle punto final a su relación física, acordando cuidar a su hijo como compañeros de cuarto con una relación platónica. Al dejar de tener la expectativa de satisfacer las necesidades del otro, tendrán más tiempo para concentrarse en las necesidades de su hijo y hacerlo feliz. Tienen muy pocos años más hasta que el tiempo que pasen con él sea mucho más limitado. Aprovechen entonces al máximo cada día que tienen con él mientras puedan.

¿Está usted dispuesto a sacrificar una vida sentimental durante esos años con el fin de hacer lo debido por el bienestar de su hijo? ¿Está dispuesto a abstenerse de salir con otras mujeres a pesar de que usted y la madre de su hijo ya no tienen una relación romántica o física? ¿Está dispuesto a comunicarse serenamente con ella, como también a mantenerse calmado cuando no están de acuerdo, por el bien de su hijo? Lo único necesario para hacer todo eso es que el amor que le tiene a su hijo supere el amor que tiene por sí mismo.

Le deseamos lo mejor,

Linda

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