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Caso 828

Hace tres años perdí a una amiga que se suicidó. Ella luchó por años con depresión, conductas de autolesión y diagnóstico de trastorno límite de la personalidad....

Siempre le [dije que el único que podía ayudarla era Dios, y que Él había enviado a su Hijo Jesucristo para darle la salvación]. Ella jamás me impidió que le hablara al respecto, pero al final estaba tan mal que ya no quería creer lo que le contaba sobre Dios....

Estos últimos tres años han sido los más tristes para mí. ¡Tengo tantas preguntas! ... ¿Qué me pueden aconsejar?

Consejo

Estimada amiga:

¡Cuánto sentimos la pérdida de su amiga! La tristeza normal que siente se ha intensificado por las preguntas que tiene sin encontrar respuesta. Usted no especifica ninguna de ellas, pero podemos adivinar algunas, tales como por qué su amiga no quiso aceptar la salvación de la que usted le habló, y qué más pudo haber hecho usted que tal vez pudiera haber evitado que ella se suicidara.

Esas preguntas son difíciles, pero justas. Sin embargo, para poder comprender las respuestas, primero es necesario considerar los factores subyacentes. El trastorno límite de la personalidad es causado por anomalías físicas en el cerebro. Los circuitos químicos y eléctricos (que normalmente vinculan los pensamientos con los comportamientos asociados a éstos) están desconectados, o están conectados de forma aleatoria.

Imagínese una casa. Cada tomacorriente en ella tiene que conducir a los interruptores, y los interruptores deben a su vez conducir a la energía eléctrica conectada a la compañía de electricidad. Cada grifo de agua en la casa está conectado a los tubos que se conectan a la tubería de agua principal, y ésta a su vez al suministro municipal de agua.

Ahora bien, ¿qué pasa si se cruzan algunos de los circuitos eléctricos de modo que ya no están conectados a la fuente de energía eléctrica? ¿Y qué pasa si los tubos de agua están mal conectados o no están conectados a nada? ¿Se imagina el caos que eso produciría en aquella casa? Habría tubos vertiendo agua en las habitaciones, y energía eléctrica que no funciona o es peligrosa.

Así mismo su amiga tenía un cerebro con conexiones caóticas. A veces pudo haber dado la impresión de que estaba funcionando debidamente, pero era completamente inestable y poco confiable. Ella no podía comprenderlo, pero era tan insoportable que por último le puso fin.

Usted está equivocada al pensar que pudo haber hecho algo para reparar las conexiones en el cerebro de su amiga. Usted hizo todo lo posible, y estamos seguros de que su amistad le fue de mucho consuelo y ayuda a ella.

Hay varias razones por las que es incorrecto considerar esta enfermedad como mental debido a que su causa es completamente física. No era algo que su amiga pudiera haber controlado con sólo pensar mejor o con más claridad, ni siquiera si ella hubiera aceptado la salvación que Jesucristo vino a darle.

Si bien es polémico, nosotros creemos que Dios juzga a cada persona conforme a su propia capacidad. Así como un niño muy pequeño no tiene que rendir cuentas por su pecado, creemos que Dios no pedirá que le rinda cuentas ninguna persona que tiene un cerebro que le impida comprender la verdad acerca de Él y de su salvación personal.

Le deseamos lo mejor,

Linda

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