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Caso 646

Me siento deprimida.... Mis padres murieron cuando yo era una niña, y me ha tocado salir adelante con mucho esfuerzo. Estudié una carrera, y no he encontrado un trabajo a pesar de que lo he solicitado en muchos lugares.... Siento que Dios me ha abandonado. Quisiera tener mi propia familia, pero no creo que exista un hombre bueno. Dios se olvidó de mí.

Consejo

Estimada amiga:

Es trágico perder a los padres a temprana edad. ¡Cuánto sentimos esa pérdida! Lo cierto es que usted perdió mucho más que dos personas. Perdió también toda la seguridad de la que debió haber disfrutado durante su niñez y adolescencia. Al mirar atrás, siente como si siempre ha tenido que defenderse por sí sola y que nadie más ha hecho nada para ayudarla. Incluso siente que Dios la abandonó en aquel entonces, y que no se acuerda de usted ahora.

Usted dice que no cree que exista un hombre bueno. Eso es lo mismo que decir que todos los hombres que hay no son buenos, o que todo hombre es malvado. Para que haya llegado a semejante conclusión es muy probable que usted haya tenido más de una mala experiencia con los hombres. Sólo nos queda suponer que usted alguna vez haya sido víctima de abuso físico o sexual, o haya sido tratada con crueldad por más de un hombre. Tales experiencias horribles, sobre todo al sumarse a la pérdida de sus padres, son capaces de causar una depresión clínica. La diferencia entre una depresión clínica y una depresión común y corriente es que probablemente necesite ayuda profesional para poder salir del oscuro abismo en que ha caído. Le rogamos que consulte a una médica y le informe acerca de esa depresión.

¿Sabía usted que en varios libros de la Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, Dios promete que nunca nos dejará ni nos abandonará?1 Nuestro Dios nos ama al extremo de haber enviado a su único Hijo para que muriera en la cruz por los pecados de usted y por los míos.2 Pero Él no se nos impone, sino que espera con paciencia a que acudamos a Él.3 Según Santiago el apóstol, cuando nos acercamos a Dios, Él se acerca a nosotros.4

Sin embargo, muchas veces confundimos el orden. Queremos que Dios resuelva nuestros problemas primero, así que consideramos que no vale la pena tener una relación con Él a no ser que nos complazca al resolverlos. O decidimos servirle, pero luego no nos da todo lo que esperábamos, así que no dudamos en rechazarlo por no confiar en que nos ama lo suficiente como para obtener los mejores resultados a favor de nosotros.

Aunque no sienta la presencia de Dios, Él está con usted. Confíele sus problemas, y siga en sus caminos. También le recomendamos que lea el Caso 21 para que se entere de otra persona que sufre de depresión.

Le deseamos lo mejor,

Linda
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1 Gn 28:15; Dt 31:6-8; Jos 1:5; Mt 28:20; Heb 13:5
2 Jn 3:16
3 Is 30:18; 1Ti 1:16; Ap 3:20
4 Stg 4:8a

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