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Caso 260

Soy madre soltera de treinta y cuatro años, profesional, con un hijo de once años. Hace tres años me relacioné con un hombre que en la actualidad es viudo de cuarenta y siete años. Siempre dice que me quiere, pero me busca sólo cuando necesita que le ayude en su trabajo.... Además de eso, me usa sexualmente. Pero jamás llama para preguntarme cómo estoy o por mi hijo, y no me ayuda para nada económicamente, a pesar de que le ayudo en su trabajo....

¿Será porque yo no soy bonita y soy de clase media? No tengo dinero; sólo dependo de un sueldo....

Siempre le pido a Dios me conceda el amor de un hombre que me quiera a mí y a mi hijo, pero no sé por qué Dios parece no escucharme.

Consejo

Estimada amiga:

¡Dios sí la está escuchando, como también nosotros! Nos alegramos de que nos haya contado su caso. Usted siente que Dios no ha estado escuchando sus oraciones, pero lo cierto es que sí lo ha hecho. El solo hecho de que no haya recibido la respuesta que desea no quiere decir que Él no la haya escuchado.

Dios nos ama y nos desea lo mejor, pero no nos obliga a que escojamos lo que a Él le agrada. Permite más bien que cada uno de nosotros opte por hacer las cosas a la manera de Él o a la manera nuestra. Cuando escogemos lo que Él juzga que nos conviene, promete estar con nosotros y ayudarnos a que todo nos salga bien. En cambio, cuando optamos por hacer las cosas a nuestra manera, sufrimos las consecuencias naturales de las decisiones que tomamos.

Usted ha decidido tener una relación sexual con ese hombre a pesar de no estar casada con él. Esa no es la manera que agrada a Dios. Él sabe que la relación sexual fuera del matrimonio resulta en quebranto de corazón y desilusión. Da como resultado precisamente lo que usted está sintiendo. Dios no quería que usted experimentara eso, pero usted optó por hacer las cosas a su manera. Usted ha pasado tiempo con ese hombre, ayudándolo y teniendo relaciones sexuales con él, en lugar de invertir el mismo tiempo en actividades que bien pudieran atraer al tipo de hombre que quisiera estar con usted, y que la ame y la valore.

Carece a tal grado de respeto por sí misma que se ha negado a creer que es digna de verdadero amor romántico. Usted menciona su falta de atractivo físico y de bienes materiales como razones por las que ese hombre no quisiera amarla tal como usted lo ama a él. Lo cierto es que usted no tiene el debido amor propio, como tampoco respeto por sí misma. Se ha dejado usar y abusar de un hombre que ha demostrado que no tiene ningún interés romántico en usted. A no ser que usted reconozca lo mucho que usted tiene que ofrecer en lo tocante al amor, a la lealtad, a la compasión, al compromiso y a la dedicación, no es probable que atraiga al tipo de hombre al que anhela.

¡Termine hoy mismo esa relación desigual! Invierta más bien su tiempo en actividades en las que otros valorarán los dones de los que ha sido dotada. Esfuércese por cultivar sus mejores cualidades y respeto por sí misma. Es posible que le sirviera de mucho formar parte de un grupo terapéutico para personas que carecen de amor propio. Y comience a cultivar una relación personal con ese Dios que la ama tal como usted es y que le ha deparado un futuro maravilloso.

Le deseamos lo mejor,

Linda

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