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Caso 235

Tengo cinco años de casada. Mi esposo y yo somos profesionales, pero nunca hemos podido conseguir trabajo en nuestra área. Me siento decepcionada de mi esposo porque es como [pasivo y] no sale con nada. Él es muy bueno, amoroso, me ayuda mucho en la casa, pero no consigue trabajo; se da por vencido muy rápido. Yo proyectaba para esta fecha ya tener mis hijos, un carro, una casa y los dos con buenos trabajos, pero no es así. No hemos tenido los hijos esperando que él consiga trabajo, porque yo soy la que trabaja y no alcanza para mucho....

Me siento atraída por un joven... que tiene todo lo que yo he querido.... Tiene un buen trabajo, es diligente. Él no lo sabe, mucho menos mi esposo. Me siento mal por eso. Le he sido infiel a mi esposo en mi mente.

Consejo

Estimada amiga:

Todos tenemos sueños y planes para nuestra vida. Pero cuando la realidad no satisface las expectativas que surgen de esos sueños, afrontamos la posibilidad de desilusión y hasta desesperación. Esas fuertes emociones negativas pueden llevarnos a tomar malas decisiones. Y esas malas decisiones luego resultan en consecuencias perjudiciales, y la espiral de emociones negativas se vuelve cada vez más descontrolada hasta llegar al extremo de que nos sentimos atrapados en un mundo que nunca imaginamos ni soñamos.

Cuando decidimos casarnos con alguien, corremos muchos riesgos. Corremos el riesgo de que la persona contraiga una grave enfermedad. Corremos el riesgo de que la persona manifieste ciertos rasgos de su carácter que no habíamos observado antes. Y corremos el riesgo de que la persona derroche todo el dinero que tenga y que nos lleve a contraer una gran deuda. Por eso los votos matrimoniales dicen: «Para bien o para mal, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte nos separe». El día de la boda prometemos mantenernos unidos, amarnos y encarar toda circunstancia mientras vivamos.

No tenemos manera alguna de ayudar a su esposo a encontrar trabajo, y ni siquiera de indicarle a usted cómo ayudarlo a él. Hasta que él tenga la motivación necesaria, es posible que no se esfuerce mucho por buscar un empleo. Así que en vez de concentrarse en lo que él debe hacer, usted puede optar por enfocarse en lo que usted misma puede hacer que sea diferente para lograr que se cumplan algunos de sus sueños.

Hagan usted y su esposo un presupuesto estricto que les permita ahorrar dinero de sus entradas. Múdense a una vivienda más pequeña, niéguense determinadas actividades de entretenimiento, y decidan cómo ahorrar dinero en el consumo de alimentos. Tienen que estar dispuestos a sacrificarse si de veras quieren tener los medios económicos para tener un niño. Haga todo lo que pueda para mostrarle a su esposo que está dispuesta a hacer lo necesario para tener una familia. A medida que él vea lo dispuesta que usted está para sacrificarse a fin de obtener lo más importante, tal vez adquiera la motivación que necesita para aceptar algún trabajo, aunque no sea lo que quiera o para lo que se haya preparado. Esfuércese al máximo por evitar fastidiarlo, ya que hasta ahora eso no ha rendido ningún resultado favorable y es probable que tampoco lo rinda en el futuro.

Pídale a Dios que le ayude a afrontar el resentimiento y lo que lamenta, no sea que se gane la antipatía emocional de su esposo. Pídale también a Dios que la perdone por lo que usted ha descrito como infidelidad en la mente, y por los demás pecados que usted ha cometido. Todos hemos pecado, y con tal que pidamos perdón en el nombre de Cristo, podemos recibir ese perdón y comenzar de nuevo. Desahóguese contándole sus sueños a Dios en oración y pídale que la ayude a lograr que se ajusten a la realidad de la vida suya.

Reconozca que la fantasía que ha cultivado en cuanto al joven no es más que una fantasía poco realista de lo que pudiera parecer una manera fácil de resolver los problemas económicos que usted afronta. Aléjese de cualquier situación en la que tuviera que interactuar con él, y no le cuente a nadie acerca de esa fantasía. Dios no nos juzga por haber sido tentados, pero sí nos hace rendir cuentas si caemos en la tentación. Asegúrese de huir de ese peligro del que le ha advertido su conciencia.

Le deseamos lo mejor,

Linda

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