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Desde hace muchos años no amo a mi esposo.... Para él, yo sólo fui importante durante los primeros años de matrimonio. Pero a pesar de que sentía que él no me amaba, siempre hice lo posible por salvar mi matrimonio, por él y por mis hijos; pero ya no puedo más....
El compromiso de mi esposo era sólo el sustento alimenticio. Todo lo demás lo tenía que solucionar yo... todo el tiempo peleando....
Ahora él me ha pedido perdón y ha reconocido su error.... Ha tratado de cambiar, pero yo no siento nada de afecto conyugal por él. Lo quiero sólo como amigo y como el padre de mis hijos. He sufrido por muchos años esta situación que me mantiene triste y acongojada. ¿Qué me aconseja usted?
Consejo
Estimada amiga:
Aunque lamentamos lo que ha sufrido durante los últimos años y comprendemos lo difícil que es perdonar el mal comportamiento que ha persistido por tanto tiempo, nos alegra mucho que su esposo haya reconocido su error y haya pedido perdón. Y también nos alegra mucho que usted aún lo quiera como amigo.
Creemos que les convendría mucho a ustedes dos que buscaran consejería matrimonial. Sin embargo, si eso no es posible, tenemos otras sugerencias.
Usted ha hecho lo correcto al seguir sus instintos para tratar de salvar su matrimonio, y en definitiva eso es lo mejor para sus hijos. Nosotros creemos que hay que considerar a los hijos como lo más importante cuando se afrontan dificultades matrimoniales. Usted y su esposo decidieron darles a sus hijos la vida, y ahora no hay nada más importante que el bienestar de ellos.
Sin embargo, nos imaginamos que esté pensando: «¿Y qué de mí? ¿Qué de lo que estoy sintiendo yo? ¿Y qué del trato que he recibido durante tantos años?» Usted dice que ya no puede más, y está esperando que le demos la razón.
Le aconsejamos que consulte con su profesional de la salud acerca de los deseos que tiene de darse por vencida. Sólo una persona entendida en la materia puede examinar su salud física y emocional para saber si hay algo que ha causado que quiera rendirse. Esos años de descuido pudieron haber causado cambios en su cerebro que necesitan tratamiento.
Esta no es una cuestión de todo o nada. No estamos pidiéndole que se sobreponga al sufrimiento en tres breves pasos. Dígale más bien a su esposo que agradece que le haya pedido perdón, pero que va a pasar algún tiempo antes de que esté lista para perdonarlo. Se necesitaron años para llegar a esta situación, y quizás se necesiten años para salir de ella. ¡Pero vale la pena!
Mientras tanto, consienta en que vivan juntos como amigos, cuidando a los hijos, pero durmiendo aparte hasta que usted vuelva a sentir el afecto conyugal por él. Si el deseo que él tiene de cambiar es sincero, entonces usted lo constatará mediante las acciones y no sólo por las palabras que él diga.
Por último, hay dos razones por las que tarde o temprano necesitará perdonar a su esposo: Dios no nos perdonará nuestros pecados si nosotros no perdonamos a otros, y el negarnos a perdonar nos roba el gozo cada día y siembra peligrosas semillas en nuestro corazón.
Le deseamos lo mejor,
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