Cuando estábamos de novios, obligué a mi novia a que abortara. Hace mucho tiempo que nos arrepentimos de esta siniestra decisión, y ahora, después de nueve años, buscamos un hijo y ella no queda embarazada. Todos los [exámenes] médicos [han resultado] bien y no hay ninguna anormalidad en nosotros. Nos preguntamos diariamente si el que ella no quede embarazada es el producto del aborto....
El vacío y la tristeza por haber abortado son interminables, y parece que la alegría de la vida se alejó de nosotros. Quisiera despertarme cada mañana con alegría. No encuentro deleite en nada. ¡Todo es tan en vano! No tiene sentido la vida sin poder vivirla. ¿Hay acaso una nueva oportunidad, o debemos conformarnos con vivir tristes y esperando hasta que la muerte nos llame a su encuentro?
Consejo
Estimado amigo:
No deje, todos los días, de darle gracias a Dios que todos los exámenes médicos han comprobado que no hay ninguna anormalidad física en su esposa ni en usted que impida que tengan hijos biológicos. A diferencia de ustedes, centenares de miles de matrimonios han recibido la devastadora noticia que no es posible que conciban hijos. ¡Cuánto hubieran dado ellos por recibir más bien la buena noticia que recibieron ustedes! En vez de concentrarse en el hecho negativo de que su esposa aún no ha concebido, despiértese cada día agradecido de que médicamente eso es posible.
Pero ¿qué del aspecto emocional? Es muy común en quienes han tenido abortos que sientan un gran cargo de conciencia por haber cegado la vida de un hijo. Es posible que ustedes nunca dejen de pensar en ese hijo que pudieron haber tenido. Es saludable que se den el tiempo necesario para llorar la muerte de ese hijo.
Sin embargo, la culpabilidad y la ansiedad que sienten pudieron haber producido cambios de estilo de vida que hacen que sea más difícil que su esposa quede embarazada. Sin lugar a dudas, la depresión que usted describe también pudiera contribuir a que eso suceda. Ya que nuestras emociones están directamente relacionadas con las sustancias químicas en nuestro cuerpo, esas sustancias tienen efectos secundarios que pueden resultar en desequilibrios físicos y mentales. Los desequilibrios en sí no impiden el embarazo, pero en definitiva hacen que sea más difícil. Dígale a su médico lo que usted ha estado sintiendo. Tal vez él o ella puedan ayudarle a vencer la depresión.
Muchas personas creen que Dios las está castigando por algo que hicieron en el pasado. Pero, gracias a Dios, están equivocadas. Usted no tiene que recibir el castigo. Cristo lo recibió cuando Él murió en la cruz por los pecados que usted ha cometido. Si le pide que lo perdone, Él lo hará. No le exige ninguna penitencia ni castigo, sino sólo que permita que Él forme parte de su vida diaria y sea su mejor amigo. Cristo puede quitarle todo sentimiento de culpa y darle la alegría que anhela.
Si ustedes quieren ser padres, hay muchas maneras de lograrlo. ¿Han considerado tener a su primer hijo mediante la adopción? ¿Y qué tal ser padres de crianza? ¡Hay tantos niños no deseados en este mundo que pudieran disfrutar de un cambio radical en su vida como resultado del amor que ustedes tienen para darles! Y no es inusual que los matrimonios que adoptan niños, poco después tengan hijos biológicos.
Le deseamos lo mejor,