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Caso 734

Hace dos años me casé. Estamos en un proceso de separación. Mi esposa me dijo que me dejaba por la situación económica. Me aclaró que me amaba, pero sólo en tiempos buenos en que hubiera dinero. Ella insiste en el divorcio. ¿Qué puedo hacer?

Consejo

Estimado amigo:

Sentimos mucho que su matrimonio se esté disolviendo. Sin embargo, lo que nos cuenta suscita más preguntas que respuestas.

Si bien usted sostiene que ella quiere irse debido a su situación económica, no dice por qué su situación es peor que antes. Ella le dijo que lo amaba cuando había dinero. ¿A qué se debió, entonces, que se acabara el dinero o dejara de haberlo? ¿Perdió uno de los dos su empleo? ¿Está uno de los dos demasiado enfermo para trabajar? ¿Ha estado alguno gastando dinero sin prudencia? ¿Han tenido que saldar deudas del pasado? ¿Acaso uno de los dos es adicto al juego?

Sus respuestas a esas preguntas tal vez no tengan nada que ver con la razón por la que su esposa quiere el divorcio, y sin embargo, por otra parte, es posible que aclaren sus verdaderos móviles. Como usted no ofrece ninguna otra explicación, parece que cree que a su esposa le importa más el dinero que cualquier otra cosa. ¿Es esa la clase de mujer con la que usted pensó que se estaba casando, o piensa más bien que ella ha cambiado en apenas dos años?

Nosotros no lo conocemos a usted ni conocemos a su esposa, pero nos parece que hay aspectos de su caso que no nos está contando. A pesar de eso, usted quiere que le digamos lo que puede hacer, y sí tenemos algunas sugerencias.

Sus opciones legales dependen del país en que vive. Si su país exige que las dos partes consientan para poder divorciarse, entonces no consienta sino hasta que usted y su esposa hayan acudido a la consejería o a la conciliación. Un consejero o mediador puede ayudarles a los dos a que aprendan a manejar un presupuesto de sus ingresos con mayor eficiencia y a resolver sus diferencias de un modo más positivo. Es posible que el sistema judicial de su país ofrezca servicios de conciliación gratuitos o a un costo reducido.

Para salvar su matrimonio, ambos van a tener que empeñarse en lograrlo. Le recomendamos que se esfuerce ahora, incluso mientras ella sigue convencida de la ruptura del matrimonio, porque si usted no está dispuesto a hacer su parte primero, entonces es probable que ella nunca se disponga a hacer la suya.

La mejor manera de tener la sabiduría para determinar qué hacer es consultar a Dios, nuestro Padre celestial. Él sabe precisamente los pasos que usted debe dar. Santiago el apóstol enseñó: «Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie.»1 Eso quiere decir que cuando usted le pida a Dios sinceramente que tome control de su vida, que perdone sus pecados y que le dé sabiduría, Él lo hará.

Le deseamos lo mejor,

Linda
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1 Stg 1:5

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