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Caso 694

He soñado con tener una familia. Yo no tuve a mis padres. En mi corazón está ese vacío. Por eso, para mí, el matrimonio significa mucho y es para toda la vida.

Tengo un novio, pero no veo que esté interesado en casarse. Además, tiene actitudes muy feas. No me llama, no me escribe, y me bloquea en las redes sociales.

Siento que estoy perdiendo el tiempo con esta relación. Tenemos cuatro años de noviazgo, y ni siquiera se ha comprometido conmigo.... Quiero dejarlo porque siento que no seré feliz con él. ¿Será que podré olvidarlo con el paso del tiempo?

Consejo

Estimada amiga:

¡Nosotros creemos que usted jamás debe olvidar a este hombre! ¡Debe más bien recordarlo como ejemplo de todo lo que usted no quiere en una relación sentimental!

Es difícil imaginar por qué se ha quedado con semejante hombre durante cuatro largos años. Usted reconoce su mala actitud y cómo le falta al respeto, y sin embargo ha seguido justificando esa conducta. Hay una norma que al parecer usted hasta ahora desconoce a pesar de lo cierta que es. Dice así: «Siempre el hombre que la trate mal antes del matrimonio la tratará peor después del matrimonio.»

Muchas mujeres albergan fantasías de que el novio cambiará después de que se casen. Justifican el mal comportamiento y hacen caso omiso de señales indicadoras de cómo esa conducta pudiera empeorar. Permiten que se les menosprecie y maltrate. Y hasta tratan de hacer quedar bien al novio frente a los demás.

Si bien usted merece tener la familia amorosa con la que ha soñado, es posible que deba examinar sus prioridades. ¿Qué es más importante: tener un novio a pesar de que la hace infeliz, o buscar la felicidad por sí misma a pesar de no tener novio? Si su enfoque es tener un hombre a su lado, tendrá la tendencia a conformarse con cualquiera que esté disponible, mientras que si su enfoque es encontrar la felicidad por sí misma, entonces sólo se conformará con un novio que la valore y la trate como un tesoro.

Hay muchos niños que no tienen padres, tal como no los tuvo usted. Ellos desean y sueñan con tener una familia amorosa. Usted pudiera donar su tiempo como voluntaria en una organización que ayuda a tales niños. Pudiera considerar acoger a niños que necesitan un hogar por determinado tiempo, o incluso adoptar a uno o dos niños. No desperdicie más años esperando tener un hombre a su lado. Muéstreles amor a quienes están desesperados por recibirlo.

El apóstol Santiago enseñó: «La religión pura y sin mancha delante de Dios el Padre es ésta: ayudar a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y no mancharse con la maldad del mundo.»1 Esta enseñanza nos hace ver que usted agradará a Dios mismo si se enfoca en ayudar a los niños que la necesitan, y no en buscar un hombre que esté dispuesto a casarse con usted. Si Dios sabe que lo que más le conviene es que se case, entonces es capaz de enviarle al hombre indicado cuando usted ni siquiera lo esté buscando.

Le deseamos lo mejor,

Linda
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1 Stg 1:27

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