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Siento una tensión cuando hablo, y tiendo a tartamudear, hasta cuando estoy en mi casa o con mis amigos.... Siempre tengo que estarme cuidando de las palabras que digo porque, cuando hablo, mi mente me dice qué palabras puedo decir sin tartamudear. Y esa es mi lucha de todos los días.
¡Ya estoy harto de esto! Mi profesión me exige bastante que yo hable en público, y para mí es un sufrimiento interno aunque mis amigos no se den cuenta.... Me gustaría que me dieran un consejo para saber qué podría hacer...
Consejo
Estimado amigo:
¡Felicitaciones! El que usted nos haya contado su caso demuestra que está listo para dar pasos positivos para cambiar eso que ha sido motivo de tanta frustración en su vida. Pero ¿qué puede hacer?
En primer lugar, le serviría de mucho informarse todo lo que pueda con respecto al tartamudeo. Por ejemplo, el tartamudeo no es una anomalía física ni psicológica. Hay diversas causas en los casos de adultos, pero el saber la causa no resuelve el problema. Lo que sí hace falta saber es que cuanto más se esfuerce por dejar de tartamudear, es probable que se agrave aún más el tartamudeo. Cuando usted se concentra en dominar el habla, siente ansiedad. Esa ansiedad produce el tartamudeo cada vez más frecuente, que a su vez lo lleva a sentir más ansiedad. Es un círculo vicioso que por lo general no puede ser controlado sin ayuda externa.
La mejor opción sería que consultara a un terapeuta del habla y del lenguaje. Hay profesionales especializados en las terapias más actuales para tratar el tartamudeo. No todas las personas cuentan con los recursos necesarios para pagar ese tratamiento, pero tal vez en su país haya seguros médicos que paguen ese servicio. O si hay un hospital universitario cerca de usted donde practiquen los que estudian terapia del lenguaje, es posible que allí lo orienten con respecto a un programa o grupo de apoyo donde pueda recibir atención gratuita o por un precio módico. Le recomendamos que escriba cartas, envíe mensajes electrónicos e investigue en Internet hasta que encuentre una organización que pueda ayudarlo.
Algunos medicamentos surten el efecto positivo de reducir la frecuencia del tartamudeo, mientras que otros tienen efectos secundarios que pueden hacer que empeore. Usted debe consultar esto con su médico.
Hay adultos que han logrado disminuir el tartamudeo al hablar del problema con sus amigos. Cuando deja de ser un secreto, sienten alivio de su ansiedad, y ese alivio reduce la frecuencia del tartamudeo. Eso los lleva a sentir aún más alivio, lo cual reduce aún más el tartamudeo. Esto le ha sucedido a uno de nuestros hijos, que aún tartamudea siendo adulto.
Moisés el patriarca tenía un impedimento en el habla,1 pero ¿es eso lo que más recordamos acerca de él? No, recordamos más bien que él fue el gran líder que sacó a su pueblo de la esclavitud en Egipto. Dios ayudó a Moisés y lo usó a pesar de las dificultades que tuvo que superar, y Dios quiere hacer lo mismo con usted. ¿Por qué no le pide a Dios ahora mismo que lo acompañe al comenzar a buscar alivio para este aspecto frustrante de su vida?
¡No pierda la esperanza!
Linda y Carlos Rey
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1 Éx 4:10‑11
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