Hace unos meses viajé a [otro país] para así trabajar y sacar adelante a mi familia. Pero... [a los] tres meses... mi hermana salió con el chisme de que mi señora estaba saliendo con otro.... Yo llamé a mi señora y ella, con llanto, me juraba por Dios y me decía: «¿Cómo piensa tu hermana que yo voy a hacer eso?»
... Yo confío en mi mujer, pero en mi pensamiento está: «¿Le creo, o no le creo?» ¿Qué consejo me pueden dar?
Consejo
Estimado amigo:
Las palabras con que usted describe lo que pasó son muy reveladoras. Usted dice que su hermana «salió con el chisme». Eso nos da a entender que usted sabe, de una manera u otra, que el motivo de su hermana no fue el amor que ella le tiene a su familia.
Examinemos lo que motiva a una persona a que cuente un chisme. El que cuenta chismes lo hace a fin de alcanzar prestigio o influencia al dar la impresión de que sabe algo que el oyente no sabe. Saber algo que no saben los demás también puede interpretarse como una muestra de poder. Desde luego, lo irónico del caso es que, para probar que el poder existe, hay que transmitirles la información a otros en la forma de un secreto. De modo que el que cuenta el chisme alcanza poder o prestigio no sólo por tener el conocimiento, sino también por estar dispuesto a transmitirle ese conocimiento a otra persona a quien ha escogido de manera particular para que sepa el secreto.
El problema que afronta el que cuenta un chisme es que los verdaderos hechos del caso tal vez no sean lo bastante interesantes o jugosos como para captar el interés del oyente. Si los hechos mismos no son novedosos, el chismoso añade un poco de especulación a fin de que el cuento sea más interesante. Además, el chismoso mezcla los hechos con la especulación de modo que el oyente no puede distinguir entre lo uno y lo otro. Cuando el oyente le cuenta el caso a otra persona, ya no se observa ninguna diferencia entre los hechos y la especulación. Cualquiera que escucha el caso ahora cree que todos los datos son verídicos.
Al chismoso le importa mucho más el alcanzar prestigio o poder que los sentimientos ajenos que pudiera haber herido o que la vida de las personas implicadas en el cuento. En el caso suyo, es probable que su esposa nunca le cayera bien a la hermana de usted, y ahora que usted no está allí para mediar entre ellas, su hermana está aprovechando las circunstancias para contar este chisme a fin de causar un conflicto entre usted y su esposa, y tal vez separarlos. En uno de sus proverbios, el sabio Salomón dice que «el chismoso divide a los buenos amigos». 1 ¿Acaso hay amigos mejores que el esposo y la esposa? ¡No permita que este chisme los divida a ustedes!
Usted dice que confía en su esposa. Cuando se casó con ella, usted tomó la decisión de confiarle hasta su vida misma. El caso que usted nos ha contado no da a conocer ninguna razón en absoluto por la que no deba seguir confiando en ella. Sin embargo, si usted, por el contrario, sigue acusándola y desconfiando de ella, va a enemistarla con usted y a crear un conflicto verdadero entre los dos.
El estar separados no conduce a una buena relación. Lo instamos a que busque la manera de vivir junto con su esposa. Hemos recibido muchísimos casos de parte de parejas que están teniendo dificultades por estar viviendo en dos lugares diferentes. Las relaciones a distancia tal vez sean aceptables para quienes aún se están conociendo, pero no son saludables para los que ya están casados.
Le deseamos un matrimonio saludable,
Linda y Carlos Rey
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1 Pr 16:28