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Caso 829

Durante mi niñez, sufrí graves agresiones por parte de mi madre. Varias veces fui al hospital con fuertes golpes....

Cuando mi padre nos abandonó... mi madre, en un acto desesperado me pidió que me tomara unas pastillas para fingir que quería suicidarme.... Tenía yo sólo once años, así que por miedo... accedí. El daño fue leve a nivel físico, pero psicológicamente [sólo pude superarlo con la ayuda de Dios].

Hoy en día... tengo que cuidar a mi madre, que tuvo un infarto cerebral.... Pero ella constantemente hace que mi vida sea muy difícil.... Los trabajadores sociales y los médicos me han recomendado que, debido al deterioro que he tenido en mi salud, la envíe a un centro especializado. Pero hay una parte de mí que me dice que, si yo soy su hija, debo cuidarla yo misma.

Consejo

Estimada amiga:

Lamentamos profundamente el dolor y las dificultades que ha sufrido. Su situación es muy compleja y emocionalmente agotadora.

El abuso infantil puede tener consecuencias a largo plazo que afectan la salud mental y física de la víctima. Los sobrevivientes a menudo padecen de trastornos de ansiedad, depresión y estrés postraumático. Son propensos a tener dificultades en las relaciones interpersonales y una baja autoestima. Y el estrés constante también puede causar enfermedades crónicas. Los estudios que se han hecho al respecto demuestran que el impacto del abuso infantil puede perdurar toda la vida, afectando el bienestar general y la capacidad de desempeñarse en la vida diaria.

Gracias a Dios, para los que somos seguidores de su Hijo Jesucristo hay varios principios y pasajes bíblicos que pueden guiarnos en la toma de decisiones. En primer lugar, el mandamiento bíblico de honrar a padre y madre recalca la importancia del respeto y cuidado hacia nuestros padres, independientemente de sus acciones.1 Sin embargo, honrar a nuestra madre no significa necesariamente que debemos cuidarla personalmente a costa de nuestro propio bienestar.

La Biblia también enfatiza la importancia de cuidar de nosotros mismos. Jesucristo mismo practicaba el autocuidado. Él solía retirarse a lugares solitarios para orar.2 Pasaba tiempo lejos de las multitudes para descansar y comunicarse con su Padre celestial, demostrando la necesidad de equilibrar el servicio con el bienestar personal.

Es muy importante reconocer el valor que tiene este principio del autocuidado, tanto de las necesidades emocionales como de las psicológicas. En el caso suyo, esto podría implicar que busque apoyo externo para el cuidado de su mamá, lo que le permitiría a usted mantener su propio bienestar y fortalecer su capacidad de proporcionar amor y cuidado desde una posición de salud y estabilidad.

Al cuidar de su mamá, es esencial que equilibre la responsabilidad que tiene en cuanto a su propia salud. Internar a su mamá en un centro de enfermería especializada no significa que la ame o la honre menos. Puede más bien ser una expresión práctica de amor, al asegurarse de que ella reciba el cuidado profesional que necesita mientras usted mantiene su propio bienestar.

Le deseamos lo mejor,

Linda
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1 Éx 20:12; Dt 5:16
2 Lc 5:16 (NVI)

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