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Caso 52

Desde que tuve a mi hija, comencé a sentir muchos temores. A veces me levanto con ganas de hacer miles de cosas, otras veces no; pero lo peor que siento es mucho miedo de lo que está pasando y de la muerte.... Sé que debo aceptar que me voy a morir algún día; pero no sé cómo aceptarlo.

Consejo

Estimada amiga:

Lamentamos mucho que usted esté pasando por un momento tan difícil. No nos dice cuánto hace que nació su hija, pero comprendemos que el problema comenzó después de su nacimiento.

El embarazo cambia el cuerpo de la mujer en muchos sentidos, y nuestros ojos sólo pueden ver algunos de esos cambios. Lo que no podemos ver son las formas en que el embarazo afecta las sustancias químicas y las hormonas en el cuerpo. Algunos de los niveles de hormonas aumentan a fin de preparar el cuerpo de la madre para el cuidado del nuevo ser humano. Otras sustancias químicas disminuyen debido a que esa nueva vida necesita sustancias nutritivas. En la relación simbiótica entre la madre y el hijo por nacer, a veces los niveles de hormonas y sustancias químicas en la mujer pueden llegar a ser muy elevados o muy bajos, antes y aun después de dar a luz. Esto causa la depresión de posparto y otras afecciones temporales, incluso los ataques de ansiedad y de pánico.

Nosotros no somos médicos, y lo cierto es que le recomendamos que consulte con su médico respecto a sus síntomas y lo que ha estado sintiendo. Pero al parecer los cambios de estado de ánimo y de nivel de energía que ha descrito pueden haberse producido como consecuencia de un desequilibrio en su organismo. Un médico puede ayudarla con eso.

La mayoría de las personas quieren saber qué ocurre después de la muerte. Les interesa saber si van a pasar la eternidad en el cielo o en el infierno. ¡Desde luego que sienten temor cuando no saben a cuál de los dos lugares irán a parar! ¿Hay entonces alguna manera de saber con certeza dónde uno va a pasar la eternidad? ¿Hay alguna manera de tener paz en vez de temor?

¡Sí la hay! El apóstol Pablo dijo que la paga del pecado es muerte, pero que Dios nos ofrece vida eterna en Jesucristo, nuestro Señor.1 ¿Qué tenemos que hacer entonces para aceptar y obtener esa vida eterna en el cielo a la que se refería San Pablo? Juan el apóstol contestó esa pregunta cuando dijo: «Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad.»2 Porque todo el que cree en su Hijo Jesucristo y lo acepta como su Señor y Salvador tiene vida eterna.3 Así que, si le pide a Dios que perdone sus pecados y confiesa a Cristo como su Salvador, creyendo en el corazón que Él murió en la cruz por los pecados que usted ha cometido, usted tendrá la paz que tanto anhela. De hacerlo así, obtendrá no sólo vida después de la muerte, sino también una vida plena ahora mismo.

Le deseamos paz,

Linda y Carlos Rey
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1 Ro 6:23
2 1Jn 1:9
3 Jn 3:16

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