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Caso 642

Hace un año que tengo novio, y tenemos planes de casarnos. Yo lo amo mucho, y él también me ha demostrado que me ama.... No hemos tenido relaciones sexuales, pero en mi mente pienso mucho en cómo va a ser cuando nos casemos y tengamos intimidad sexual... ¡Soy una vergüenza [y] me siento muy culpable! ...

Mi novio no sabe nada de esto, pero... sé que mis pensamientos no le agradan a Dios.... No creo que en algún momento nos lleguemos a casar... porque Dios es justo, y no permite que alguien como yo, con tan malos pensamientos, tenga un matrimonio feliz.

Consejo

Estimada amiga:

¡La felicitamos por querer agradar a Dios! Y sabemos que a Dios le agrada que usted no haya violado sus leyes divinas teniendo relaciones sexuales antes de casarse. Su disciplina es admirable y ejemplar. Si más parejas tuvieran esos mismos valores morales y se preocuparan, como usted, por agradar a Dios, muchísimos menos niños en este mundo tendrían que crecer sin padre o madre. Más niños sabrían que son amados y deseados, y más familias tendrían hogares en los que reina la paz.

Lamentablemente, tememos que líderes de la iglesia con buenas intenciones o sus padres hayan hecho que usted crea que simplemente pensar en las relaciones sexuales después de casada es algo malo, y que Dios está tan enojado con usted que quiere, a modo de castigo, impedir que se realice su matrimonio.

Si a causa de ser pecadora, Dios no permite que usted sea feliz, entonces ¿qué de todos los demás que somos también pecadores? ¿Habrá de castigarnos a todos con la infelicidad a causa de nuestro pecado? La Biblia tiene una respuesta a esa pregunta. Dice que «Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros».1 En lugar de imaginarse una manera de castigarnos, Dios envió a su Hijo Jesucristo para que llevara el castigo en nuestro lugar. Cuando Cristo murió, Él pagó el castigo por todos nuestros pecados, así que, con tal que le pidamos a Dios que nos perdone en el nombre de Cristo, no recibiremos el castigo que merecemos de parte de Dios. Eso se llama misericordia.

Tiene usted razón al decir que Dios es un Dios de justicia. Por eso era necesario que se pagara el castigo por el pecado. Cuando aceptamos que el castigo lo pagó Cristo, ya no esperamos castigo de parte de Dios. A veces nuestra conducta acarrea consecuencias naturales, pero esas no son sanciones impuestas por Dios. (Por ejemplo, si una mujer tiene relaciones sexuales antes de casarse y queda embarazada, el bebé no es un castigo enviado por Dios. Esa criatura es una consecuencia natural de las relaciones sexuales.)

Si es pecado pensar acerca del hermoso plan que Dios diseñó para la unión física en el matrimonio, ¿cómo se explica el libro de la Biblia llamado el Cantar de los Cantares? Ese libro poético es una ilustración gráfica del amor de Dios por su pueblo. Léalo y luego pregúntese por qué dispondría Dios que semejante libro formara parte de la Biblia si Él creyera que todo pensamiento sexual es malo.

Cuando los novios comprometidos en matrimonio no piensan en serio acerca de su vida después de casados, no están listos para ser esposos. Los dos deben pensar acerca de la vivienda, de las finanzas, de las relaciones con sus familiares y amigos, del número de hijos que quisieran tener, de metas y aspiraciones, y con buena razón pensar acerca de la intimidad física que les espera en el futuro.

Le deseamos lo mejor,

Linda
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1 Ro 5:8

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