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Caso 630

Yo le pido una esposa a Dios; pero siempre a la mujer que a mí me gusta, yo no le atraigo. ¿Cómo puedo encontrar a la que será mi esposa?

Consejo

Estimado amigo:

Nos alegramos de que nos haya hecho esta pregunta tan importante. Hay muchas personas que pudieran estar interesadas en el consejo que tenemos para usted.

Cuando dice que las mujeres que lo atraen no sienten ninguna atracción por usted, suena como si tuviera buenas amistades que son mujeres, pero que lo consideran a usted sólo como un amigo y no como un posible novio. Eso en realidad es algo muy bueno porque demuestra que usted sabe cómo ser, ante todo, un amigo. Quienes tratan de ser novios sin primero ser amigos basan sus expectativas en lo que han visto en películas románticas.

Las películas con frecuencia muestran cómo las miradas de un hombre y una mujer se encuentran de un extremo a otro en un salón colmado de personas. Una chispa se enciende entre los dos, y se concentran en acercarse el uno al otro. Cuando se encuentran, esa chispa de atracción prende fuego y se enamoran perdidamente, casi al instante. No saben nada el uno acerca del otro, pero sienten una gran atracción mutua, así que comienzan a tener un noviazgo.

Unos meses después los dos se la pasan discutiendo y no comprenden cómo es que tan rápido se perdió el encanto. Han llegado a conocerse mejor, y no les gusta la persona a quien ahora conocen. Se sienten desilusionados y engañados porque se ha apagado la llama del amor y ya es muy poco realista la esperanza que tienen de un futuro juntos a largo plazo. ¿Por qué no presentimos que eso pudiera suceder? Porque la película siempre se termina antes de llegar a esa parte de la historia.

Como es imposible que el verdadero amor se desarrolle entre dos personas que en realidad no se conocen, es insensato que considere tener una relación a largo plazo con una mujer hasta que usted de veras la conozca y ella lo conozca a usted.

Consideremos a una de las mujeres que a usted le ha gustado. ¿Qué cualidades tiene ella que lo atraen a usted? ¿Es cariñosa con usted y con los demás, o se enfoca más bien en que otros deben mostrarle cariño a ella? ¿Es graciosa y animada, o es más bien seria y relajada? ¿Es impulsiva, o piensa bien las cosas antes de actuar? Por lo general, ¿afronta ella los obstáculos como desafíos o como barreras infranqueables? ¿Qué suele hacer más: dar cumplidos a las personas o quejarse de ellas? ¿Es prudente con sus gastos, o siempre necesita que alguien le dé ayuda monetaria? Todas esas son cualidades que deben tenerse en cuenta. Sin embargo, las cualidades que proceden de la entereza de carácter son aún más importantes. Algunas de las más fundamentales son la honradez, la integridad, el ser responsable y el ser digna de confianza.

Para encontrar una buena esposa usted debe primero llegar a tener más amistades. En cuantas más actividades participe, ya sean deportes, causas u oportunidades de donar su tiempo, más amistades tendrá. Y cuantas más de esas amistades sean mujeres, más oportunidades tendrá para llegar a conocerlas mejor y enamorarse de una de ellas.

Por eso, en lugar de pedirle una esposa a Dios, pídale que abra puertas para que usted cultive más amistades y participe en más actividades saludables. Colme su vida de buenas compañías y de buenas actividades, y confíe en que Dios ha de mostrarle a su futura esposa cuando llegue el momento oportuno.

Le deseamos lo mejor,

Linda

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