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Caso 427

Tengo doce años de estar casada con mi esposo.... Descubrí, luego de casarme con él, que tenía... muchas deudas de crédito. Yo misma le ayudé a pagarlas al comienzo de nuestro matrimonio. Tomé las riendas en el asunto y me hice cargo del manejo financiero del hogar hasta hace cuatro años, cuando me dijo que él debería [hacerse cargo].

[Ahora] acabo de enterarme de que debe dos tarjetas de crédito, y no sólo eso sino que también debe impuestos.... ¡Estoy desesperada! Me siento defraudada por él.... Yo creo en Dios... y confío en Él, pero ya no confío en mi esposo.... ¿Qué puedo hacer? ¿Debería yo trabajar para ayudar a mi esposo, o dejar que él solucione este problema?

Consejo

Estimada amiga:

Usted pregunta si debiera trabajar para ayudarlo a él. Lamentablemente él no es el único que ha contraído esas deudas. Como esposa de él, las deudas en que él incurra son igualmente de usted, salvo en algunas situaciones extraordinarias. ¡Así que más le valdría preguntar si debiera trabajar para pagar su propia deuda!

Usted descubrió demasiado tarde que su esposo tenía deudas pendientes cuando se casaron. Debió haberse enterado de eso antes de tomar la decisión de casarse con él, ya que la administración de los fondos es una de las causas principales de conflicto matrimonial. Pero como usted no lo sabía, decidió trabajar para pagar la deuda de él.

Ahora la situación es diferente. Se incurrió en la deuda actual después de casarse, así que los dos son igualmente responsables. El problema ya no es de él nada más, y usted tiene que hacer lo que sea para saldar esa deuda. Si eso quiere decir que debe trabajar, entonces trabaje.

Ahora bien, el resolver la situación actual no resuelve el futuro. Si su esposo no está dispuesto a permitir que usted se haga cargo de la economía del hogar en el futuro, entonces de seguro que usted seguirá desconfiando de él, y eso tendrá un efecto devastador en su matrimonio. Le sugerimos que le pida a él que firme un documento que diga que usted trabajará para pagar la deuda con la condición de que él consienta en que de aquí en adelante usted se haga cargo de la economía del hogar. Pero recuerde que tener esa responsabilidad no quiere decir que usted debe controlar el dinero ni tomar decisiones unilaterales. Deben tomar juntos las decisiones en cuanto a los gastos, habiendo acordado que usted pagará las cuentas de esos gastos y se asegurará de que los fondos disponibles alcancen.

Tiene razón en que podemos y debemos confiar en Dios. Él en definitiva nos ayuda cuando vivimos conforme a sus principios y le damos el primer lugar en nuestra vida. Así que les recomendamos que oren juntos, y que le pidan a Dios que les ayude a sobreponerse a esta dificultad y que fortalezca su matrimonio. A medida que ore su esposo, es posible que él sienta que Dios quiere que le pida perdón a usted por haberla defraudado. Ese sería un primer paso excelente para sanar la herida emocional que usted ha sufrido.

Le deseamos lo mejor,

Linda

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