Matrimonio (Conflictos / Ofensas)
Matrimonio (Desamor / Expresar afecto)
Matrimonio (Adulterio / Infidelidad conyugal)
Matrimonio (Violencia conyugal)
Abandono del cónyuge
Celos
Divorcio
Viudez
Relación de pareja / Unión libre
Noviazgo (Castidad / Valores morales)
Noviazgo (Engaño / Desconfianza)
Noviazgo (Incertidumbre / Duda)
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Enamoramiento / Enamorarse
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Vicios
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Mentira
Robo / Fraude
Hipocresía
Soltería / Soledad
Suicidio/ Intento de suicidio
Autocondenación
Quiero abrir mi corazón a Cristo, pero no sé cómo hacerlo. Si lo hago, no sé si lo estaré haciendo bien. Estoy tratando de no decir malas palabras ni ver cosas malas. Quiero que me aconseje qué puedo hacer para que Cristo entre en [mi vida].
Consejo
Estimado amigo:
Nos alegra que nos haya hecho esta consulta. El tema es muy importante, y hay muchos interesados en abordarlo.
Algunos piensan que lo único que hay que hacer es creer en Jesucristo como el Hijo de Dios. Sin embargo, hasta Satanás cree en la existencia de Cristo, así que obviamente no basta el sólo creer. Otros piensan que ser una persona buena, tratar bien a los demás y hacer buenas obras es lo que conduce al cielo. Lamentablemente, también esas personas están equivocadas. Si bastara con ser bueno, ¿entonces por qué tuvo que morir Cristo en la cruz?
Muchas religiones han elaborado reglas y requisitos como una manera de llegar a Dios. La mayoría de las religiones también tienen ceremonias y tradiciones que siguen a fin de agradar a Dios. Pero tanto las reglas y los requisitos como las ceremonias y las tradiciones son normas de conducta. Jesucristo estaba más interesado en quiénes somos por dentro. Él dijo: «Ustedes por fuera dan la impresión de ser justos, pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad.»1 Con eso Cristo dejó en claro que todas las cosas justas y religiosas que podamos hacer jamás cambiarán lo que somos por dentro.
Dios le dio a Moisés los Diez Mandamientos hace miles de años. Al obedecer esas leyes, podemos vivir en paz unos con otros y reducir al máximo cualquier daño que inflijamos a los demás. Con todo, el obedecer esas leyes no es lo que nos hará ganar la entrada al cielo ni ha de ayudarnos a cultivar una relación personal con Cristo.
¿Quiere eso decir, entonces, que Dios está tratando de hacer que sea difícil conocerlo? ¡De ninguna manera! Él nos ama mucho, al extremo de haber sacrificado a su único Hijo para que pudiéramos llegar a conocerlo personalmente. Pero nuestro pecado nos separa de un Dios santo. Así que tenemos que pedirle que perdone nuestros pecados. Gracias a Dios, si bien nuestros pecados merecen el castigo, Cristo ya pagó el precio al morir en la cruz. Si se lo pedimos, Dios borrará todo pecado y limpiará nuestro corazón. Pero tenga presente que Él conoce nuestros pensamientos secretos y nuestras intenciones, y también sabe si de veras queremos llegar a conocerlo, o si es que sólo estamos tratando de repetir una fórmula mágica a fin de no sentirnos culpables.
Una relación personal con Dios comienza con una oración sencilla y sincera en nuestras propias palabras, pero no termina con esa sola oración. Más bien, consiste en una comunicación a diario mediante la oración y la lectura de la Biblia. A medida que hagamos esos esfuerzos por conocer mejor a Dios, Él se valdrá de nuestra conciencia para ayudarnos a obedecer los Diez Mandamientos como una manifestación externa de lo que hemos llegado a ser por dentro.
Nuestro deseo para usted es que comience hoy mismo a cultivar una relación personal con Cristo,
Linda y Carlos Rey
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1 Mt 23:28
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