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Caso 49

Hace dos años empecé mi noviazgo con un muchacho de mi escuela. Mis papás no lo aprobaron, pero aun así yo seguí con él a escondidas. El último año él se enoja demasiado y se desquita conmigo.... Hace dos meses y medio, me enteré de que estoy embarazada de él. Cuando le conté, se puso mal: no quería que tuviera al bebé....

Mis papás ya saben de esto y me apoyan. Mi novio se quiere casar conmigo, pero me siento insegura de casarme por su manera de tratarme. A veces siento que me maltrata psicológicamente.... Aparte me siento muy mal porque le fallé a mis papás, y no sé si Dios perdone estos errores de mi vida que son muy grandes. Siento un peso en mis hombros muy grande, pero quiero lo mejor para mi hijo.

¿Qué [debo] hacer: casarme, vivir con mis papás?... ¡Por favor, ayúdenme!

Consejo

Estimada amiga:

Reconocemos que usted se encuentra en una situación difícil y que necesita tomar algunas decisiones cuanto antes. Sin embargo, no permita que esa situación la lleve a tomar una decisión que lamentará el resto de su vida.

Por lo general, al niño le conviene tener a una madre y a un padre en el hogar. Pero cuando uno de los dos es emocionalmente inestable, tal como usted ha descrito a su novio, es muchísimo mejor que usted y su bebé no se conviertan en prisioneros de sus arranques de ira y de la posible violencia que pudiera resultar a medida que se intensifica su enojo.

Cuando uno ama a alguien, lo más fácil es hacer lo que le dicta el corazón, sobre todo cuando esa persona le dice que va a cambiar y que el amor que los dos se tienen basta para que tenga éxito el matrimonio. Lamentablemente, eso es absolutamente falso. El amor no basta para sentar las bases de un buen matrimonio.

Su corazón le dice una cosa, pero su cerebro le dice otra diferente. Su corazón le dice que usted ama a su novio, pero su cerebro comprende cómo los arranques de ira de su novio la afectan a usted y afectan la relación que tienen ustedes dos, y le susurra al oído que en la vida que llevaría con él habría constantes ataques de furia y posible violencia. Eso no es lo que usted quiere para su criatura ni para usted tampoco.

Usted tiene la gran bendición de tener padres que están dispuestos a ayudarla y que están en condiciones de hacerlo. A pesar de que usted optó por hacer caso omiso de sus consejos, ellos ahora quieren olvidar el pasado y solamente les interesa el bienestar suyo y el del nieto o de la nieta que viene en camino. Así es el perdón que también ofrece Dios.

Dios nos ha dado pautas para nuestro propio bien que se encuentran en la Biblia. Pero a menudo no tomamos en cuenta esas pautas, así como usted no tomó en cuenta la desconfianza que sus padres le tenían a su novio. Ahora puede ver fácilmente que ellos tenían la razón desde el principio, y que usted debió haberles hecho caso. Sucede lo mismo con Dios. Con frecuencia, no es sino hasta que ya hemos tomado decisiones equivocadas y estamos sufriendo consecuencias indeseables que estamos al fin dispuestos a aprovechar su ayuda. Gracias a Dios, Él está tan dispuesto a perdonarla y a apoyarla a usted como lo han estado sus padres.

Como sabemos lo difícil que es para una madre soltera criar sola a su hijo (aun con la ayuda de sus padres), también quisiéramos animarla a que al menos considere la posibilidad de permitir que alguna pareja adopte a su bebé. Como padres adoptivos que somos nosotros, estamos muy conscientes del hecho de que hay miles de parejas sin hijos, que disfrutan de matrimonios sólidos y estables, por lo que pudieran darle a su bebé una vida feliz y segura. Cada semana recibimos mensajes de tales parejas, pidiéndonos consejo acerca de cómo aliviar el dolor que sienten en el corazón ante la perspectiva de no llegar jamás a ser padres. La encrucijada en la que usted se encuentra pudiera llegar a ser la respuesta a las oraciones de una de esas parejas.

Que Dios la guíe y la proteja,

Linda y Carlos Rey

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