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Caso 139

Yo tuve un novio a los quince años, con el cual tuve relaciones sexuales. Quedé embarazada varias veces, y aborté por insistencia de él. Él me hizo mucho daño y se burló de mí muchas veces....

Yo me casé, y ya le perdoné a ese hombre que me hizo tanto daño. Pero él ahora me llama y dice querer ser mi amigo. Me dice que me ama todavía, aunque él está casado. Yo no quiero saber nada de él. Me escribe al correo, lo borro y bloqueo todo acceso de él a mí....

Si... no quiero ser amiga de él ni que me llame, ¿es porque en realidad no le he perdonado? ... No quisiera que mi falta de perdón, si así fuera, me afecte a mí y a mi familia...

Consejo

Estimada amiga:

Como resultado de su deseo de hacer lo debido, usted ahora se siente confundida. Hay dos factores diferentes que, al parecer, se contradicen. Por una parte, usted quiere protegerse del dolor que ese hombre pudiera causarle: Él la hirió antes, y usted puede estar segura de que volvería a herirla. Ese impulso de protegerse es propio de personas que disfrutan de salud emocional, y es un instinto que proviene de Dios. Pero aún más fuerte que su deseo de protegerse es su necesidad de proteger a su familia. Eso es fruto del amor que usted les tiene.

El segundo factor, al parecer en conflicto con su necesidad de protegerse, es su convicción de que el perdón es necesario para la salud emocional. Usted ya ha optado por perdonar a ese hombre, y él ya no ejerce ningún dominio sobre usted ni sobre sus emociones. Usted no ha dejado que el pasado la convierta en una mujer amargada, resentida y vengativa, sino que ha formado una vida feliz. No tiene que dejar que él vuelva a formar parte de su vida para demostrar que de veras lo ha perdonado.

A los casados les aconsejamos que supriman el contacto personal con todas las personas con las que tuvieron relaciones serias en el pasado. Eso en definitiva incluye a cualquiera con quien la persona casada tuvo relaciones sexuales antes de casarse. El mantener esas relaciones puede ser muy peligroso para cualquier matrimonio. Es muy arriesgado creer que uno puede ser amigo de una persona de la que alguna vez estuvo enamorado, o con quien tuvo relaciones íntimas.

Es prudente de su parte impedir que ese hombre se comunique con usted por correo electrónico o por teléfono. Tal vez él se sienta culpable por la forma como la trató, y quiera aliviar su conciencia «siendo su amigo», pero sólo Dios puede resolver asuntos de la conciencia. Lo que él necesita es hacerse amigo de Dios y no de usted.

Le deseamos lo mejor,

Linda y Carlos Rey

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