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Caso 239

Mi problema es que tengo treinta y nueve años, estoy soltero [y] no tengo ni siquiera novia.... Desde niño me dio parálisis infantil en mi pierna derecha y mano derecha, y por eso las mujeres... no me quieren.... Ni siquiera trabajo me dan por ser discapacitado. Soy estudiado, con títulos, pero así no me dan empleo por ninguna parte. Por eso ando solo en esta vida. Siento ganas de morirme, y me pregunto: ¿Dios para qué me trajo a este mundo si no tengo un futuro bueno?

Consejo

Estimado amigo:

Lamentamos mucho la situación en que se encuentra. Nosotros tenemos un hijo que padece de parálisis cerebral, así que hemos experimentado junto con él algunos de los retos que usted menciona. Todo ha sido mucho más difícil para él que para otras personas, y hay algunas cosas que le resulta imposible lograr. Por supuesto que hemos tenido inquietudes y le hemos preguntado a Dios por qué habría de permitir que esto le sucediera a nuestro hijo, o por qué habría de querer que persona alguna sufriera de una discapacidad.

Beethoven compuso algunas de sus más grandes piezas musicales después de haber quedado sordo. Helen Keller, que nació sorda y ciega, llegó a ser una brillante escritora. Nick Vujicic, un hombre que nació sin piernas y sin brazos, es un orador popular y se casó no hace mucho. Atletas, esquiadores y bailarines ganan premios con piernas protésicas. Pero sin duda usted ya sabe de estos casos, y no por eso se siente mejor con relación a lo que usted mismo está viviendo.

Algunos países tienen leyes y programas que hacen que sea más fácil que las personas con discapacidad obtengan empleos. Otros países no tienen leyes ni ofrecen ayudas para estas personas. Como usted dice que ha estudiado hasta obtener títulos, suponemos que ha podido salir de casa a diario para asistir a un colegio o a una universidad. No sabemos si esto se debe a la ayuda que ha recibido de algún familiar o si puede movilizarse solo. De todos modos, es prueba de que disfruta de cierta movilidad.

¡Aproveche esa movilidad para salir de la casa! Jamás encontrará una esposa ni un empleo mientras se mantenga en casa. Done tiempo como voluntario en un hospital o una organización sin fines lucrativos. Identifique una causa que lo motive, y dedíquele tiempo y esfuerzo. A medida que lo haga, cultivará habilidades sociales que lo ayudarán a relacionarse con mujeres. Y aflorarán aspectos de su personalidad que contribuirán a que usted sea un compañero más interesante a los ojos de los demás.

Si eso le parece imposible, es probable que se deba a que está sufriendo de una depresión clínica. Consulte con su médico y cuéntele acerca de las ganas que siente de morirse. Usted tiene sustancias químicas en el cuerpo que bien pudieran estar agravando esta depresión, y de ser así, esas sustancias deben ser reguladas con medicamentos.

Lo más importante de todo es que comience a conversar con Dios. No se limite a quejarse; pídale ayuda. Pídale a su Hijo Jesucristo que forme parte de su vida y le dé la fuerza que necesita para afrontar cada nuevo día. Cristo quiere ser el mejor amigo que usted jamás haya tenido. ¡Dele la oportunidad de ayudarlo!

Le deseamos lo mejor,

Linda

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