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Caso 138

Tengo un familiar [que] desafortunadamente no ha sabido [administrar sus finanzas]. Tiene dos hijos en colegios [privados], y no le alcanza.... Necesita dinero para invertir en su negocio. Nos pide a mi esposo y a mí que le busquemos un crédito bancario, ya que a nosotros sí no lo pueden otorgar. Nuestro temor es qué hacemos si [él] no puede pagarlo. No tiene nada en garantía. Además, sus hijos están acostumbrados a vivir cómodamente, y parte de este dinero con certeza será para pagar todos los lujos que ellos le exigen.

¿Qué hacemos, ya que es una fuerte cantidad? Aparte, tiene otras deudas. ¿Qué nos aconsejan? ¿Debemos dejarlo que se haga responsable de su mala administración, y sobre todo que sus hijos se conformen con lo que les pueda dar?

Consejo

Estimada amiga:

¡Sí, ustedes deben insistir en que su familiar se haga responsable de sus propias decisiones y de sus propios hijos! Y, en definitiva, no deben endeudarse a fin de ayudarlo.

El sabio Salomón ofreció consejos en cuanto a prestarles dinero a otras personas. Más que nada, él recalcó que no debemos cobrar intereses cuando le prestamos dinero a alguien. Sin embargo, él enseñó que, cuando observemos una verdadera necesidad, debemos dar con liberalidad para ayudar a otros en lugar de prestarles dinero.

Pero en este caso el meollo del asunto es que ustedes tendrían que pedir prestado el dinero al banco a fin de dárselo a su familiar. Muchas veces Salomón aconsejó que no debemos pedir dinero prestado. En el libro de los Proverbios, a un hombre que ha salido fiador de su vecino Salomón le aconseja que haga todo lo que esté a su alcance por escapar de esa situación.1

Su familiar sin duda se enojará de que ustedes no soliciten un préstamo a fin de ayudarlo. Tal vez siga disgustado por muchos años. Sin embargo, si ustedes le prestaran dinero, lo más probable es que serían ustedes los más enojados si él no cumpliera con los pagos. Ustedes se indignarían cada vez que vieran a uno de los hijos de ese familiar con algo que consideran un lujo. Resentirían el hecho de que él no se hubiera esforzado más por pagarles lo que les debe. Su relación con él sufriría, y se sentirían incómodos cada vez que tuvieran que verlo. Es preferible dejar que él se enoje ahora y evitar todas las repercusiones emocionales por prestarle dinero.

Los que son imprudentes en el manejo del dinero no cambiarán sino hasta que se hagan responsables de sus propias decisiones. Por lo general, le echan la culpa a la mala suerte o a otras personas. Es probable que de nada sirva decirle a su familiar que él es imprudente o que ustedes no están de acuerdo con sus gastos. Así que díganle más bien que ustedes no tienen el dinero y que no van a pedirlo prestado porque creen que sería imprudente endeudarse para ayudarlo.

Le deseamos lo mejor,

Linda y Carlos Rey
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1 Pr 6:1-5

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