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Caso 309

Soy una mamá de veintiún años y no tengo experiencia alguna de cómo disciplinar a mi hijo de veinte meses. Además, tengo una bebé de siete meses.... A veces siento que me paso [del límite] con mi hijo, [tratándolo] con gritos desesperantes, ya que él es muy activo y travieso.

Mi esposo ha optado por usar el cinto, y a veces siento que se [excede] y lo deja marcado en sus piernitas, y me duele mucho. Estoy desesperada porque a menudo discutimos y peleamos sobre no castigar mal al niño porque está muy pequeño. Yo tuve una [niñez muy dura]. Mis papás... me pegaban, y me marcaban con el cable de la radio. Me dejaron muchas cicatrices en la cabeza, y malos recuerdos que no deseo pasar ni repetir con mis hijos....

¡Por favor, ayúdeme! Necesito saber de qué manera castigar a mis hijos [por sus] berrinches o cuando no quieren hacer algo o se niegan a comerse su comida.... No quiero malcriar [a mi hijo], ni tampoco maltratarlo a golpes o [dejar] marcas que nunca podré borrar de mi mente...

Consejo

Estimada amiga:

Los niños de uno a dos años pueden sacar de quicio a cualquiera. El deseo que tienen de salirse con la suya, que se manifiesta en sus berrinches, puede probar la paciencia hasta de los padres con la mayor experiencia del mundo. Sin embargo, los que están bien informados reconocen que la violencia física no le enseñará nada provechoso al niño. Al contrario, hará que se enoje y que se porte cada vez peor. Lo que sí aprenderá es que la violencia es el método que emplean los adultos para resolver sus problemas, y crecerá empleando la violencia para resolver los suyos.

Los padres que golpean a sus hijos lo hacen debido a su falta de dominio propio y a su propia falta de disciplina. No han invertido el tiempo necesario para poner en práctica el castigo apropiado, y muchas veces son demasiado egoístas como para asegurarse de que se lleve a cabo la disciplina adecuada a la edad del niño.

Es dura tarea enseñarle a un niño de uno a dos años que su comportamiento no es aceptable. Exige tiempo y paciencia. Golpear es fácil y rápido, y muchos padres lo justifican a causa de la mala conducta o la rebeldía del niño.

Pegarle a un niño de veinte meses con un cinto es abuso infantil. En algunos países, las marcas que dejan en un niño de cualquier edad pueden llevar a las autoridades a retirarles la custodia del niño a los padres culpables. Nunca es correcto valerse de un cinto, o de una correa, o de un cable eléctrico, o de ningún otro objeto para golpear a un niño o a un joven.

Hay varios métodos de disciplina que son eficaces en la crianza de los hijos, pero ninguno de ellos es fácil ni rápido. El padre amoroso invierte el tiempo y la energía necesarios para disciplinar debidamente. Le recomendamos a usted y a su esposo que busquen cursos a los cuales asistir en una universidad, en un centro médico o en un centro comunitario de su localidad. También les recomendamos que lean libros que tratan sobre ese tema. Los que ha escrito el doctor James Dobson son clásicos, por lo que siguen en circulación. Por último, en los Casos 26, 87 y 237 en www.conciencia.net encontrará otras ideas que pudieran resultarle de ayuda.

Le deseamos lo mejor,

Linda

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