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Caso 467

Mi esposa me acusó de infiel y me golpeó.... Yo le juré por la vida de mi hijo que no era cierto, pero ella no me creyó y... me sacó de su casa con policías porque ya no dejé que me golpeara....

Yo le dije a mi esposa que no escatimaría nada que estuviera a mi alcance para mi hijo, y ahora he interpuesto una demanda de divorcio.... Quiero ser un padre ejemplar aunque no me repongo todavía. Cada vez que tiene la oportunidad, ella me insulta por las redes sociales y me mortifica diciéndome que soy un cobarde poco hombre, y eso me lastima mucho.

Consejo

Estimado amigo:

Lamentamos el fracaso de su matrimonio, y sobre todo la manera como sabemos que está afectando a su hijo. De seguro que él ama a su mamá y a su papá, y tiene sentimientos encontrados hacia los dos.

Todo matrimonio consta de dos cónyuges, y cada cual tiene su propia perspectiva de los problemas entre los dos. Si su esposa fuera quien nos contara su caso, los detalles serían diferentes. No tenemos ningún modo de saber por qué llegó la policía y lo sacó a usted de la casa, pero sospechamos que había más detrás de lo que usted describe.

Tampoco sabemos si los mensajes que le está enviando su esposa los están recibiendo otras personas a través de las redes sociales, o si son mensajes privados sólo para usted. Es indebido que cualquier persona haga uso de las redes sociales para sacar los trapos sucios al sol, incluso si quien lo hace es una víctima del todo inocente. Así mismo no hay justificación alguna para insultar o menospreciar a alguien enfrente de los demás, ya sea dentro de un grupo o a través de las redes sociales.

Los hijos son los que más pierden cuando sus padres se insultan. Es como jugar «tira y afloja» con el cuerpo del niño en vez de usar una soga. Uno de los dos padres tira para acá, y el otro para allá. ¡Por algo será que el hijo sale lastimado!

Le recomendamos que no responda a los insultos de su esposa ni hable mal de ella a su hijo. Más bien pase por alto las cosas negativas como si ella no se las hubiera dicho, trátela con cortesía y termine la conversación de inmediato cuando ella comience a insultarlo.

Jesucristo enseñó que cuando alguien nos da una bofetada en una mejilla, debemos dejar que nos pegue también en la otra.1 Esa enseñanza suena ingenua y poco realista, pero Cristo lo dijo para mostrarnos una manera mejor de reaccionar. Le sugerimos que comience ahora mismo a seguir todas las enseñanzas de la Biblia para que pueda evitarle mayores daños a su hijo.

Le deseamos lo mejor,

Linda
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1 Mt 5:39

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