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Caso 344

Tengo veintidós años. Cuando era niña, fui víctima de abuso sexual durante varios años por el mejor amigo de mis padres, quien me amenazaba para que no dijera nada. Esa situación me hacía sentir sucia y que no valía nada. Le pedí a Dios que me ayudara a perdonar y quitara todos esos pensamientos de mi mente.

Hace un año aproximadamente tengo novio, pero hay momentos que hacen que esos recuerdos vengan a mi mente y provocan mucho miedo. Sufro mucho internamente. No sé qué hacer. Yo lo amo realmente, pero él se molesta porque dice que en ocasiones soy muy indiferente. No sé cómo manejar la situación. No sé si realmente perdoné o no. ¿Qué puedo hacer?

Consejo

Estimada amiga:

¡Cuánto sentimos lo que sufrió en su niñez y lo que está sufriendo ahora! Pero creemos que se sanará mucho más rápido si puede formar parte de un grupo terapéutico para víctimas de abuso sexual. Hay hospitales y centros comunitarios que en algunos casos ofrecen esos servicios sin costo alguno. Sobrevivir el abuso sexual es un proceso a largo plazo que requiere más que seguir unos cuantos pasos y obtener resultados inmediatos, así que usted necesita aprovechar cualquier ayuda que esté a su alcance.

Usted dice que sufre de recuerdos recurrentes de ese abuso y que no está segura si de veras ha perdonado al hombre culpable. Lamentablemente el perdón no borra las memorias, así que el recordar constantemente el daño que le hizo aquel hombre no tiene nada que ver con el haberlo perdonado.

Usted también dice que le pidió a Dios que le ayudara a perdonar a aquel hombre y que quitara esos malos pensamientos, pero aun así los recuerdos no dejan de atormentarla.

Esos años de abuso causaron cambios en las sustancias químicas de su cerebro que no han dejado de afectar sus emociones. Como niña era de esperarse que sintiera temor y ansiedad al extremo junto con otras emociones negativas, así que las sustancias químicas de su cerebro se ajustaron a esa realidad. Ahora, a pesar de que ya no sufre de tal abuso, su cerebro sigue produciendo las sustancias químicas que causan esas emociones. Cuando siente temor, los recuerdos vuelven a acosarla, y cuando tiene uno de esos recuerdos, surge el temor. Sucede de ambas formas. El hecho de que siga ocurriendo es señal de que usted no se ha recuperado por completo de lo que sufrió. Tiene una herida que debe sanarse.

Dios es muy compasivo con sus hijos, de modo que comprende su dolor.1 Pídale que le dé fuerza y sabiduría para que pueda buscar la ayuda profesional que le hace falta. Le recomendamos que se esfuerce por sanarse antes de tratar de tener una relación romántica en serio con cualquier hombre.

Le deseamos lo mejor,

Linda
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1 Sal 116:5; 145:8-9; Stg 5:11b

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