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Caso 774

Soy un joven de veintiséis años. Tuve una relación de noviazgo que comenzó hace tres años y terminó hace cinco meses. El motivo de la ruptura fue que no me sentía seguro de dar el paso del compromiso debido a que aún no conocía muy bien a mi enamorada. Ahora siento que la quiero mucho, pero ella ya tiene otro novio. Me siento culpable. ¿Qué me aconsejan?

Consejo

Estimado amigo:

Lamentamos que se sienta tan mal por la decisión que tomó. Pero nosotros creemos que usted hizo lo debido aunque ahora se sienta arrepentido.

A pesar de que ama a su exnovia, ¡usted tomó la decisión acertada cuando le puso fin al noviazgo! El no conocerla muy bien fue una excelente razón para no sentirse presionado a comprometerse en matrimonio. La mayoría de los que se divorcian dicen luego que no conocían del todo a la persona con quien se casaron. Otros con frecuencia afirman que después de la boda su cónyuge se convirtió en alguien a quien en realidad no conocían, pero es mucho más probable que tampoco lo conocieran lo suficiente antes de la boda.

El amor sentimental y la atracción física bien pueden vincular a dos personas, pero el amor y la atracción no bastan para que se mantengan juntas. A eso se debe que muchas mujeres divorciadas digan: «Yo lo amaba, pero no podía vivir con él.»

Los noviazgos en la cultura occidental presentan problemas debido a que están enfocados casi exclusivamente en pasarla bien. La novia y el novio están tratando de caerse bien el uno al otro y mostrar lo mejor de sí. Quieren que su pareja vea todas sus cualidades positivas y no se dé cuenta de sus fracasos. Así que ocultan sus noviazgos pasados o tergiversan lo que de veras ocurrió.

Antes de comprometerse en matrimonio, cada cual necesita conocer y estar de acuerdo con las metas y las ambiciones de la vida de la otra persona. Estas son algunas de las preguntas que deben hacerse mutuamente: ¿Dónde quieres vivir? ¿Cuántos hijos deseas tener? ¿Tienes metas que quieres alcanzar en tu preparación académica? ¿Hasta qué punto estás planeando cuidar de tus padres a medida que envejecen? ¿Tienes alguna deuda u otras obligaciones económicas pendientes? ¿Cuántas horas a la semana tienes pensado trabajar en el futuro?

Por encima de eso, cada cual debe hacerse las siguientes preguntas acerca de un posible cónyuge futuro: ¿Tiene las virtudes de la honradez, la integridad y la tenacidad? ¿Se puede confiar en lo que dice el ciento por ciento del tiempo, o presenta excusas con frecuencia acerca de por qué no hizo lo que dijo que haría?

Con todo, las preguntas más importantes que necesitan abordarse son: ¿Tienen ambos la misma fe en Dios y en su Hijo Jesucristo? Y ¿están los dos de acuerdo sobre la iglesia a la que quieren asistir en el futuro?

El hecho de que su exnovia comenzara otro noviazgo tan pronto es una prueba más que suficiente de que ella no es la mujer indicada para usted. Gracias a Dios, usted lo supo antes de que fuera demasiado tarde.

Le deseamos lo mejor,

Linda

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